El dispositivo fue encontrado en una fábrica abandonada propiedad de Christian Brueckner, principal sospechoso, junto con objetos infantiles e imágenes de abusos a menores.

Un disco duro, que fue encontrado en una fábrica abandonada que fue comprada por el principal sospechoso en la investigación de Madeleine McCann, contiene pruebas de que la niña desaparecida, está muerta.
Los fiscales alemanes creen que Christian Brueckner mató a la niña de tres años después de que desapareciera durante unas vacaciones familiares en Praia da Luz, Portugal, en 2007.
El disco duro fue descubierto en 2016 en una fábrica en desuso, que Brueckner compró por 20.000 libras en 2008, según The Sun.
En un documental de Channel 4 se informa de que un disco duro de 80 GB y otro ordenador portátil encontrados en la fábrica contienen pruebas que han convencido a los fiscales alemanes de que Madeleine murió poco después de desaparecer.
Los investigadores alemanes también han hecho un llamamiento a la Policía Metropolitana para que intensifique su investigación de la Operación Grange sobre la desaparición de Madeleine.
«En Alemania hay un enorme interés en que los británicos intensifiquen de nuevo su investigación», dijo una fuente a The Sun. «Aquí el tiempo corre en contra del caso y los investigadores no quieren que Brueckner salga libre».
Los investigadores también encontraron un documento del seguro que prueba que el sospechoso estuvo en un festival de música donde habría confesado haber matado a Madeleine.
En 2017, Helge Busching declaró a las autoridades alemanas que Brueckner había «hecho un comentario sobre una niña desaparecida» en el festival en 2008 y que ella «no gritó».
Siempre quedaron dudas sobre la credibilidad del testigo, pero esto podría reforzar su relato de los hechos con pruebas de que Brueckner estuvo en el festival.
Se dice que en la propiedad abandonada se encontraron ropa y juguetes de niños, además de máscaras, productos químicos y armas.
La policía alemana también descubrió seis memorias USB y dos tarjetas de memoria en una cartera. Las pruebas fueron detectadas por un perro en 2016.
Los dispositivos de almacenamiento contenían relatos de Brueckner en los que expresaba su deseo de raptar niños.
En una de ellas, el sospechoso describía cómo drogaba a una madre y a su hija a la salida de una guardería, antes de cargar a su «presa» y marcharse en coche.
En otra, describía haber abusado de una niña de cuatro años, a la que describía con detalle, antes de decir que se sentía como «si estuviera en el paraíso ahora mismo».
También se descubrieron conversaciones por Skype con otros pedófilos, incluida una en la que decía que quería «capturar algo pequeño y utilizarlo durante días».
También se encontraron tres armas de fuego sin licencia y munición, junto con frascos de sustancias químicas, presuntamente del tipo que puede causar inconsciencia, de las que hablaba en sus fantasías.
Además, se encontraron fotos de Brueckner posando cerca de una presa, incluido un selfie desnudo en el que se había superpuesto un pasamontañas en la cara.
Imágenes de abusos a niñas
Durante los registros también se encontraron imágenes de abusos a niñas de cuatro y cinco años, y la policía desenterró más de 75 trajes de baño, además de juguetes y bicicletas pequeñas.
Un navegador por satélite también mostró que Brueckner había estado en el Algarve en los años posteriores a la desaparición de Madeleine.
Brueckner saldrá en libertad en septiembre, cuando termine su condena por la violación de una turista estadounidense de edad avanzada en Portugal en 2005.
Se contactó con representantes de Brueckner para que hicieran comentarios al respecto.
El mes pasado, los detectives de Scotland Yard recibieron otras 100.000 libras en su búsqueda de la joven desaparecida.
La Policía Metropolitana ya ha recibido más de 13 millones de libras en financiación gubernamental desde que puso en marcha la operación Grange en 2011.