Unas obras de restauración han sacado a la luz una habitación que se encontraba tapiada. Pero lo más curioso es que, en realidad, estaba a la vista de todo el mundo.
Hace solo unos meses, Reino Unido aprobaba una resolución por la que decidía proceder a la restauración de las Casas del Parlamento, un proyecto de mejora de las instalaciones oficiales con un coste cercano a los 4.000 millones de euros. Lo que entonces no sabían es que, fruto de ese proceso, iban a encontrar algo completamente inesperado: un túnel secreto de hace cinco siglos… a la vista de todo el mundo, pero en el que nadie había reparado.
Elizabeth Hallam-Smith, una de las expertas encargadas de la restauración, fue quien descubrió el extraño pasadizo. Con el objetivo de ser lo más fieles posibles a la tradición, no solo se tuvieron en cuenta los documentos oficiales de las edificaciones, sino que se recurrió a documentos y legajos mucho más antiguos con el fin de estudiar la mejor forma de restaurar Westminster. Fue revisando uno de esos papeles cuando cayó en la cuenta de que había algo extraño.
“Estábamos mirando 10.000 documentos en el palacio que no figuran en los Archivos de Inglaterra en Swindon, cuando descubrimos los planos para entrar en el claustro por detrás de Westminster Hall”, explica Hallam-Smith. Ese pasillo, en realidad, solo existía en los planos, por lo que acudieron a la zona en cuestión para observar de primera mano si se trataba de un simple error o había algo más. Cuál fue su sorpresa cuando la evidencia estaba allí, a la vista de todos.
Toda esa pared se encontraba revestida por paneles de madera que no hacían pensar que detrás pudiera haber nada. Pero cuando los expertos llegaron al panel exacto tras el que debería de estar aquel pasadizo, descubrieron que en su parte posterior, no demasiado escondida, había una cerradura de latón, junto a la que aparecían dos bisagras que debían de esconder un mecanismo para abrir una puerta. Solo hubo que abrir la cerradura para acceder a su interior.
En realidad no era más que un pasadizo para conseguir acceder a Westminster Hall, la parte más antigua del edificio, por una zona alejada de las partes más concurridas. Tras su descubrimiento y posterior análisis, no tardaron en descubrir que fue construido en el siglo XVII para la ceremonia de coronación del Rey Carlos II en 1661 y, posteriormente cerrado a mediados del siglo XIX. Unas obras de remodelación para condenar el pasadizo.
Lo curioso es que en él se han encontrado pintadas de los empleados. En primer lugar, un grafiti de unos trabajadores que reparó el edificio tras el incendio de 1834: “Estos albañiles fueron contratados para reparar este sitio, 11 de agosto de 1834, verdaderos demócratas”. Pero, además, se ha encontrado otro del encargado de sellar el pasadizo: “Esta habitación fue cerrada por Tom Porter, quien era muy aficionado a Ould Ale”, un estilo de cerveza muy popular en aquel momento.
Ahora, los expertos se han dado de bruces con un pasadizo secreto en pleno Westminster del que nadie tenía conocimiento hasta la fecha. Y eso que, en realidad, los cierres de la puerta secreta estaban a la vista de todo el mundo, pero nadie había conseguido reparar en ellos. El siguiente paso es que este equipo de restauradores decida qué hacer con este pasadizo secreto: una zona que, de momento, nadie sabe por qué se ocultó sin dejar constancia de ello.