Los trabajadores fueron encontrados débiles, pero en buenas condiciones, gracias al uso de cámaras infrarrojas.
Ocho mineros que trabajaban en una veta de yeso que se derrumbó el pasado 25 de diciembre fueron hallados con vida este miércoles (30.12.2015), de acuerdo con información proporcionada por la agencia oficial de noticias Xinhua. El yacimiento, ubicado en la provincia oriental de Shandong, colapsó cuando 29 personas trabajaban en su interior. Once fueron rescatadas poco después del accidente y una fue hallada sin vida.
De los 17 mineros que quedaban atrapados, ocho fueron localizados gracias al uso de cámaras infrarrojas, que los detectaron agitando sus brazos en las profundidades. Si bien estaban débiles y hambrientos, se encontraban en buenas condiciones, según la cadena televisiva CCTV. Los rescatistas proveyeron con víveres a los hombres atrapados mientras veían la forma de sacarlos del encierro.
Los trabajadores dijeron a los equipos de rescate que se mantuvieron con vida gracias a que se encontraban en pasajes de la mina que permanecieron intactos tras el derrumbe, que fue de tal magnitud que generó un temblor equivalente al de un terremoto de 4 grados en la escala de Richter y fue detectado por el Centro de Redes de Terremotos de China. También provocó roturas en el pavimento en las cercanías, según reportes de prensa.
Suicidio y despidos
Dos días después de ocurrida la tragedia, el dueño de Yurong, empresa propietaria de la mina, Ma Congbo, saltó a un pozo inundado con agua y se ahogó, en un aparente suicidio. Cuatro altos oficiales de la ciudad de Pingyi, donde se encuentra la veta afectada, han sido despedidos por su posible responsabilidad en la tragedia. Esto, pues muchas veces los altos cargos pasan por alto violaciones a las normas de seguridad a cambio de pagos.
Las minas en China suelen ser protagonistas de tragedias debido a que las leyes de seguridad suelen ser pasadas por alto. Según las cifras oficiales, cuestionadas por diversas ONG, en 2014 murieron 931 personas en accidentes, una cifra drásticamente inferior comparada con la del año 2002, cuando cerca de 7.000 trabajadores perdieron la vida en labores de extracción.