La periodista uruguaya-israelí Jana Beris analizó en profundidad el nuevo video difundido por Hamás con imágenes de rehenes en estado de inanición. Denunció la manipulación mediática, la connivencia de ciertos actores internacionales y la responsabilidad de Qatar en el sostenimiento del grupo terrorista.

La publicación de un crudo video por parte de Hamás, en el que se muestra a dos rehenes israelíes en estado de extrema debilidad, ha generado una nueva ola de indignación y dolor en Israel. La periodista Jana Beris, corresponsal uruguaya-israelí radicada en Jerusalén, aseguró en la 99.9: “No es una prueba de vida. Es una táctica de terrorismo psicológico. Es una forma más de doblegar emocionalmente a una sociedad que no olvida que aún quedan más de 130 secuestrados”.
Beris se refirió concretamente al caso de Eviatar David y Ron Braslavsky, dos jóvenes capturados durante la masacre del 7 de octubre: “Están irreconocibles. Especialmente Eviatar, que era un muchacho corpulento. Hoy no tiene masa muscular. Médicos especialistas aseguran que está en una fase de deterioro orgánico que puede llevarlo a colapsar en cualquier momento”.
En su análisis, Beris alertó también sobre las manipulaciones informativas: “Hamás difundió esas imágenes justo después de una campaña internacional que acusa a Israel de provocar una hambruna en Gaza. Y aunque ya se desmintió que esas imágenes de niños desnutridos respondan a esa narrativa —muchos tenían enfermedades previas o las fotos eran viejas— el daño ya estaba hecho. Esa es la mecánica del terrorismo comunicacional: publicar, viralizar, generar odio, y después si se rectifica, ya es tarde”.
La periodista criticó fuertemente a los medios internacionales que replican sin chequear: “El caso más brutal fue el del New York Times, que puso en tapa a un niño palestino supuestamente muerto de hambre, cuando se sabía que tenía una enfermedad congénita. Incluso recortaron la imagen para que no se vea al hermanito sano. Es una manipulación deliberada”.
Beris no evitó señalar la responsabilidad de Qatar, país que alberga a los líderes de Hamás y que, según ella, juega un papel central pero intocable: “Sin Qatar, Hamás no existe. Pero todos alegan demencia. Todos los actores internacionales van a Doha a negociar como si fuera una potencia neutral. Es como si se ignorara que ellos son los dueños del chancho”.
Consultada sobre las declaraciones del ministro israelí Amichai Eliyahu, quien propuso tratar a los rehenes como prisioneros de guerra, Beris fue tajante: “Es un troglodita político. No representa los valores judíos ni los objetivos de esta guerra. Israel no está para exterminar población civil. Está para derrotar a Hamás y liberar a los secuestrados. Que haya civiles muertos es trágico, pero no parte del plan. Este ministro con sus frases le hace un daño enorme a su propio país”.
En cuanto a las posibilidades de rescatar a los rehenes, la periodista fue cruda pero realista: “Los objetivos de destruir a Hamás y rescatar a los secuestrados no siempre son compatibles. Hamás no tiene problema en matar a sus propios rehenes si detecta que el ejército se acerca. Y además los tiene como escudos humanos”.
Beris cerró con una advertencia: “Estamos frente a una guerra larga, cruel y asimétrica. Israel está en una encrucijada y sus enemigos lo saben. Pero hay que dejar de romantizar a una organización que utiliza rehenes como carne de cañón y a niños enfermos como propaganda. La comunidad internacional no puede seguir mirando para otro lado”.
El testimonio de Jana Beris no solo desnuda la gravedad humanitaria del conflicto, sino que también ilumina una dimensión muchas veces silenciada: la guerra de imágenes y relatos, en la que la verdad se convierte en una víctima más.