La Argentina necesitará US$ 100.000 millones en inversiones a lo largo de 20 años solo para cubrir su demanda energética.
Lo revela un estudio que difundió la Plataforma Escenarios Energéticos 2035. El trabajo subraya, sin embargo, que la política energética no es hoy una prioridad dentro de los discursos de los candidatos presidenciales. El informe fue impulsado por un conjunto de organizaciones: Los Verdes, Vida Silvestre, la Asociación de Generadores de Energía Eléctrica, la Cámara Argentina de Energías Renovables, el World Energy Council y la Facultad de Ingeniería de la UBA.
Según este estudio, la producción de Vaca Muerta no mostrará niveles importantes hasta el 2020 e incluso el 2025, por lo que habrá que seguir ampliando la matriz energética. “Los niveles de inversión en materia energética para los próximos 20 años promedian los US$ 96.000 millones. La suma está influenciada por el alto nivel de inversión que implicarán los proyectos aprobados de energía nuclear e hidroeléctrica. “Responder a las necesidades de abastecimiento energético en las próximas décadas requerirá de volúmenes de inversión económica sustantivos. Y debe ser planificada”, argumentaron. Aunque sin mencionarlo alude también al proyecto Chihuido que costará alrededor de US$ 3000 millones, financiados por el Banco para el Desarrollo de Rusia.
El análisis establece que la tasa de crecimiento anual promedio de la producción no convencional será 0,9% en petróleo y 2,7% en gas. Según estos parámetros, en 2035 la producción de barriles de crudo llegaría a los 676, 9 mil por día y la de gas a los 206,6 millones de metros cúbicos diarios. “Correspondiendo a las mismas una proporción del 48% de hidrocarburos provenientes de la producción convencional y de 52% de fuentes no convencionales”, detalla.