El senador Ernesto Sanz, habló esta mañana en la 99.9 sobre los desafíos que emprende la política de cara a las elecciones 2013 después del reclamo del 8N. “Le piden a la oposición que se capaz de darle competitividad a un proyecto alternativo”, agregó.
El sector político argentino está en una etapa delicada. El pueblo ya demostró que está dispuesto a reclamar por lo que no cree justo y para pedir que se le de una respuesta valedera a los requerimientos sociales mínimos.
El 8N fue determinante para que muchos recibieran un cachetazo y tuvieran que tomar entre sus manos una cuestión que sólo los políticos pueden cambiar. Sobre este proceso, habló esta mañana en la 99.9 el senador Ernesto Sanz, quien afirmó: “hay un inmenso sector de la sociedad que ha construido una nueva mayoría, una mayoría silenciosa que quiere una democracia de una calidad distinta. La gente se dio cuenta que solamente apostar a la democracia electoral no sirve y hay que darle contenido, calidad y densidad y la que hay no le gusta. No quieren que el oficialismo atropelle, que avance sobre libertades, derechos y valores; quieren un estado amigable y no que se apodere del poder para confrontar y pelear”.
También fue muy crítico con el reclamo para el arco opositor argentino: “a la oposición le piden que sea capaz de darle competitividad a un proyecto alternativo, me hago cargo de eso y como reconozco que la oposición tiene muchas falencias, también todos los días damos muestra que nos hacemos cargo de algunas cosas. Esto se tendrá que verificar el año que viene en las elecciones donde tendremos que demostrar que podemos hacer una propuesta competitiva”, puntualizó.
Uno de los puntos fundamentales del reclamo popular, tiene que ver con el tratamiento que se le da a los delincuentes y que provoca una situación de inseguridad constante con el reingreso a la sociedad, cuando todavía no están preparados para hacerlo. Al respecto Sanz explicó: “tratamos una ley que endurece todas las posibilidades de libertades tanto transitorias como condicionales, en el caso específico de los delitos contra la integridad sexual. Ahí fui el que lanzó la primera piedra sobre las leyes que teníamos que trabajar para endurecer todas las condenas y que el problema estaba en quienes aplicaban la ley, jueces que se nutren de una corriente ideológica en las universidades como el garantismo que podrá estar bien en la teoría, pero en la práctica dista mucho de la realidad. En aras del garantismo se producen injusticias contra el ciudadano de a pie”, destacó.
No es sólo a través del poder legislativo, donde se puede empezar a cambiar algo. “En Argentina con una ley o algunos buenos jueces no podremos modificar esto. También hay que mejorar el servicio penitenciario, los que pasan por allí lejos de salir mejor, salen peor. Eso es un problema generalizado de funcionamiento institucional e involucra a los gobiernos provinciales como los federales”, señaló.
Dentro de las vetas que tiene el delito, la prevención también es una materia fundamental y es alto que en nuestro país no se trabaja. “Hay mucho que hacer sobre la prevención, hay que actuar sobre la economía del delito que es el narcotráfico, venta de artículos robados y otras cosas que si uno los corta, hace la mejor prevención. Hay una incapacidad del gobierno en no cortar esos circuitos”, criticó.
Destacó, ante este punto, que es importante reforzar la seguridad en la frontera para que la droga no ingrese al país, pero los gendarmes son utilizados para otras cuestiones: “no es un problema de armamento, los gendarmes se sienten indefensos porque en vez de estar en la frontera los traen a los sectores calientes del conurbano. Se los manda de una provincia a otra y se desprotege la frontera. Si encima, para colmo de males, cobran la mitad de su sueldo cuando van por ventanilla, parece increíble”, finalizó.
El cambio debe proponerse desde la oposición y eso está claro, veremos si a la hora de recoger el guante, se puede hacer algo distinto.