El periodista especializado en temas de campo habló en la 99.9 sobre el impacto que podría tener el acuerdo de la Unión Europea con el Mercosur.
Las declaraciones del CEO de Carrefour sobre el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, indicando que no venderá carne proveniente del continente sudamericano ha sido una fuerte reacción vinculada a la situación que se vive con las protestas del sector agrícola francés ante esta situación.
Para entender un poco más de ese contexto, el periodista especializado en estos temas, Héctor Huergo habló en la 99.9 indicando que “la declaración es tremenda, pero se debe a su público como compañía francesa, y dada la situación que hay entre los productores franceses, esos agricultores que son los más aguerridos en su proteccionismo de la Unión Europea y ellos de alguna manera se rinden ante ese discurso y se suman diciendo cosas terribles, porque la verdad que no es el acabose, es simplemente que no tienen competencia. El proteccionismo anida en general en los países del primer mundo, y nosotros hemos tenido que padecerlo durante muchos años. Felizmente irrumpieron los países asiáticos, convirtiéndose por lejos en los mayores demandantes de alimentos, los europeos se quieren dar ciertos lujos, y mientras todavía hay una parte de la población mundial que lo que quiere es comer, fundamentalmente, lo que a ellos les sobra”.
Sin embargo, esa postura merece un análisis un poco más profundo de las implicancias que tiene porque el discurso no tiene un correlato en los hechos: “es bastante cínico, porque buena parte de lo que ellos producen, incluso en sus productos más sofisticados, tienen componentes del Mercosur. Concretamente todo lo que es proteínas animales. Ellos son incapaces de abastecerse internamente de los insumos que se necesitan para producir pollo, cerdo, carne vacuna, leche, todo eso se hace con granos forrajeros y harina de soja como suplemento proteico y no tienen cómo sustituirlos, a pesar de los enormes esfuerzos que hicieron por sustituir la harina de soja con harina de arveja, harina de colza y otras cosas. Fracasaron, porque la harina de soja es la que tiene la mejor combinación de nutrientes, aminoácidos y el precio más bajo. Europa sigue siendo un gran importador de harina de soja, que es el principal producto de exportación en Argentina, así que es bastante paradójico que estén con este discurso, cuando en realidad siguen dependiendo, para producir lo que ellos quieren consumir, del Mercosur. Porque los grandes abastecedores de soja y de harina de soja son Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, en ese orden”.
De todos modos, Huergo también señaló que no es una novedad esta oposición del sector agrícola de Francia al comercio con Sudamérica: “hay un boicot de Francia al comercio agrícola, siempre con distintos argumentos. Ellos estaban divididos, y justamente los sucesivos gobiernos le hicieron concesiones por sus bases ecologistas, castigando a la producción agropecuaria con el discurso y con algunas acciones, como la regulación para la aplicación de fertilizantes, que lo podían aplicar durante la época del año y otro no. En fin, todas cosas bastante anticientíficas, sin ningún asidero real ni técnico. Fueron concesiones políticas que les hicieron a los movimientos verdes donde se suman votos, siempre hay escenáculos urbanos que tienen más votos que la población rural. Hoy mismo los agricultores, no tanto los franceses, pero si los europeos, están furiosos contra la política agrícola común, que les está restringiendo también el uso de tecnología. No hay biotecnología en Europa sin un solo dato. Es decir, están en contra de los organismos genéticamente modificados, entre ellos la soja, pero son grandes importadores de harina de soja, y es toda transgénica, de Brasil, la de Argentina, la de EEUU y sin embargo la importan y la usan, pero ellos no la pueden aplicar. Es realmente un baldón para el mundo tecnológico de los países desarrollados, que no puedan desplegar toda su capacidad de ciencia y técnica por razones políticas, porque con bases científicas no hay”.
Incluso en Europa estuvo uno de los puntos fuertes contra Monsanto cuando el glifosato pasó a estar en el eje de la discusión hasta que la compró Bayer que es un empresa de origen alemán: “El famoso glifosato, que es el producto bandera de Monsanto y lo usaban de cancerígeno y no sé cuántas otras calamidades. El uso fue prorrogado, sigue siendo autorizado y de múltiple uso en Europa. Incluso se vende en los supermercados, en Carrefour, en aerosol, para controlar yuyos en los jardines o sea que hay mucho cinismo incluso en esta actitud misma de Carrefour”, indicó Huergo.
Para el especialista, lo dicho por el CEO del supermercado francés tiene más un sentido interno que externo porque incluso recientemente se anunció una fuerte inversión en Argentina: “creo que esto lo hacen para responder a su frente interno, y no sé cuánto va a significar, pero que va a tener costo para la francofobia, seguro. Si los consumidores europeos quieren prescindir de la carne Argentina, no hay mucha en Europa, prescindirán, no hay drama, que hagan lo que quieran. Ahora, el tema es el discurso, a eso hay que refutarlo”.