El periodista, director de Clarín Rural, se refirió en la 99.9 a lo que está aportando la cosecha de trigo incluso en lugares semi áridos como Córdoba donde un productor realiza riego por goteo subterráneo.
El campo argentino siempre encuentra la manera de reinventarse. En los peores momentos, donde todo parece más complejo, aparecen nuevas ideas y se generan cosechas fuera de los parámetros esperados. Eso está sucediendo actualmente con el trigo según lo expuesto por el periodista Héctor Huergo, director de Clarín Rural, a través de la 99.9.
“Estamos teniendo una sorpresa muy grata con los altos rindes del trigo en algunos lugares con potenciales que no habíamos explorado”, dijo. Luego explicó que “estamos obteniendo rendimientos de alto nivel en lugares remotos como el sudeste de la provincia de Córdoba, donde superaron los 100 quintales. Se pensaba que había un límite ambiental y se supera de acuerdo a la nueva genética, la nutrición de los cultivos, la sanidad que permite defenderlo de enfermedades y plagas y vamos avanzando. Es muy productivo para el sector, para el chacarero, pero también para todo el país”.
En esa situación aparece un manera distinta de trabajar en tierras cordobesas, realizada por el productor Juan José Boccolini: “todo el país sufre las consecuencias de años de políticas equivocadas, por eso estamos aportando ideas para que esto cambie. El riego en trigo no es usual, sobre todo en zonas semi áridas como Córdoba es una novedad interesante por el riego en sí, pero también por el sistema que es el riego por goteo subterráneo. Se tienen unas cañerías por debajo del suelo y no se tocan nunca más. Eso va regando directamente a las raíces sin pérdida de agua y nutrientes”, agregó sobre el sistema implementado.
El campo puede ser una fuente importante para la generación de energías alternativas, pero las políticas del país siguen el camino fósil que se está descartando en el resto del planeta: “el mundo está abandonando los fósiles y acá tenemos toda la esperanza en Vaca Muerta cuando tenemos una Vaca Viva que son los biocombustibles. Argentina le puede agregar valor a lo que hoy está exportando como materia prima. Exportamos poroto de soja y maíz y podríamos producir etanol pero con una ley que es una espada de Damocles porque el poder ejecutivo puede cambiar en cualquier momentos lo precios y niveles de corte”.
A pesar de ese contexto, el campo argentino encuentra la forma de reinventarse, dandole aire a todo el país con la entrada de divisas. Eso no sucede sólo con un sector porque es una actitud propia de los emprendedores argentinos: “tuvimos exportaciones de 32 mil millones de dólares el año pasado sólo en los principales rubros que generaron que el país no estalle en pedazos. A eso tenemos que sumarle vinos, arroz, porotos, el país es increíble porque tiene una capacidad enorme para resurgir de sus cenizas”.