Hezbollah admite que está combatiendo a Estado Islámico en Irak

Miembros de la milicia libanesa ya luchan contra los yihadistas en territorio sirio.

Hasan-Nasralá-HezbollahEl secretario general de la milicia-partido Hebzolá, Hasan Nasralá, avanzó en un discurso televisado ayer detalles sobre el papel que juega la milicia a nivel nacional y regional ante el incremento de la amenaza yihadista. “La región se dirige hacia un periodo de más crisis, más enfrentamientos y nuevos frentes abiertos”, advirtió Nasralá. El discurso del líder de Hezbolá llega dos días después de que Saad Hariri, hijo del ex primer ministro libanés Rafic Hariri asesinado en 2005 y líder del bloque político rival, arremetiera contra la milicia y le instara a retirarse de la lucha en Siria.
“A aquellos que nos piden que nos retiremos de Siria les digo: vamos juntos a Siria y a Irak y a cualquier lugar que represente una amenaza para el futuro de nuestra nación, porque esa es la mejor manera de defender Líbano”, señaló Nasralá. En un inusual discurso centrado en el impacto de la amenaza yihadista regional sobre Líbano, el secretario general de Hezbolá admitía públicamente por primera vez la injerencia de su milicia en Irak: “Puede que no hayamos hablado de Irak antes, pero tenemos una presencia limitada debido a la sensibilidad de la actual fase que vive Irak”, afirmó en relación a los enfrentamientos entre tropas iraquíes y efectivos kurdos contra yihadistas del Estado Islámico (EI) en Irak.
“En Siria, el juego ha terminado”, dijo Nasralá en referencia a los avances de las tropas sirias contra los rebeldes en el terreno. En abril de 2013, Hezbolá admitió abiertamente su injerencia en la guerra siria en apoyo del régimen de Bachar el Asad. Desde el mes de agosto, Líbano se ha visto arrastrado en el conflicto sirio con yihadistas del Frente al Nusra (filial de Al Qaeda en Siria) y del EI atacando simultáneamente posiciones del Ejército libanés en su frontera este con Siria. El contagio a territorio libanés ha provocado por un lado una mayor aceptación ante la opinión pública libanesa del rol de la milicia frente a los radicales y por otro, un acercamiento entre los dos bloques políticos libaneses para establecer un plan de seguridad nacional.
La injerencia de la milicia chií libanesa en territorio sirio ha acelerado la regionalización de Hezbolá, cuyos milicianos han pasado de centrarse en la lucha al sur de Líbano contra las tropas israelíes a combatir en varios países. “Hebzolá está en Líbano, Siria e Irak. Pero esos frentes son muy diferentes. En el sur del Líbano, los milicianos apostados contra tropas israelíes son estables. En Siria se envían voluntarios a combatir en algunas regiones como al sur, y a expertos técnicos para asesorar y entrenar. En Irak se trata de pocos efectivos para asesorar estratégicamente”, aseguran a este diario fuentes cercanas a Hezbolá. Líbano teme un nuevo contagio de los enfrentamientos esta vez en su frontera sur desde que la semana pasada Hezbolá junto con efectivos iraníes y tropas sirias endurecieran los combates contra rebeldes y yihadistas. Los expertos aseguran que Hezbolá intenta crear un frente unido entre el sur de Líbano y Siria para combatir simultáneamente a yihadistas y al Ejército hebreo.
“Les guste o no a los libaneses, Líbano se ha visto siempre afectado por lo que ocurre en la región”, se defendía Nasralá ante las renovadas acusaciones de políticos libaneses que responsabilizan a la milicia de arrastrar al país en la crisis regional. Dirigiéndose al líder rival Saad Hariri, Nasralá apoyaba su llamamiento de “planear una estrategia nacional antiterrorista” y reiteraba su compromiso para con las actuales negociaciones sin por ello obviar los escollos que dividen a ambos bloques políticos: “Estamos de acuerdo en el enemigo común que es el terrorismo. Desafortunadamente, discrepamos sobre otro enemigo, que es Israel”.
Sumándose a la lucha antiterrorista regional, Nasralá advirtió del peligro que suponen tanto al Nusra como el EI cuyos efectivos “tienen los ojos puestos en Mecca y Medina” (ciudades santas para los musulmanes). Obviando las trifulcas confesionales entre suníes y chiíes, llamó igualmente a crear un frente unido musulmán contra el terrorismo. “Los pueblos de la región no deben esperar a una estrategia internacional para luchar contra la amenaza yihadista. Todos deberían tener la iniciativa de enfrentarse a esa amenaza tal y como estamos haciendo nosotros”, concluyó Nasralá.