El diseñador de moda Tommy Hilfiger es conocido por su estilo clásico estadounidense pero cuando se trata de apoyar el impulso que quiere dar el presidente Donald Trump para confeccionar ropa en Estados Unidos, entonces no es tan “patriótico”.
“Que sea hecho en Estados Unidos es muy importante. Me encantaría hacer todo en este país si pudiera encontrar las fábricas, pero aquí no existen”, lamenta Hilfiger, de 66 años, durante una entrevista con Bloomberg Television.
Más del 40 por ciento de la ropa que se exporta a Estados Unidos se fabrica en China, y siete de los diez principales importadores se encuentran en Asia. La industria de la ropa y el calzado ha argumentado que fabricar en Estados Unidos elevaría los precios, una visión que también comparte Hilfiger.
“Es mi debe traer al consumidor el mejor producto al mejor precio”, subraya.
No es la primera vez que el diseñador se ha metido en política. A principios de este año, las modelos de su marca usaban pañuelos blancos alrededor de sus muñecas para protestar contra el veto migratorio de Trump. Pero Hilfiger también ha criticado a los diseñadores que se oponían a la creación de trajes para Melania Trump. Dijo que pueden vestir a la primera dama e Ivanka Trump sin necesidad de compartir la ideología política.
La marca de Hilfiger, propiedad de PVH Corp, también tuvo que lidiar con el cambio de la industria al comercio electrónico. En su opinión, depender de las personas influyentes en los medios sociales y otros canales en Internet es clave para mantenerse relevante.
“Tienes que llegar al consumidor de muchas maneras diferentes. Si no lo haces ahora, hacerlo después será muy difícil”, apuntó al respecto.