Las lluvias extremas son cada vez más frecuentes por el cambio climático. EEUU lleva semanas sufriendo fenómenos meteorológicos extremos.
Inundaciones récord y los deslizamientos de rocas provocados por fuertes lluvias sin precedentes han obligado al cierre de las cinco entradas del Parque Nacional de Yellowstone, justo al comienzo de la temporada turística de verano.
Todo el parque, que abarca partes de Wyoming, Montana e Idaho, permanecerá cerrado para los visitantes, incluidos aquellos con reservas de alojamiento y campamento, al menos hasta este miércoles, mientras los funcionarios inspeccionan los graves daños en carreteras, puentes y otras instalaciones.
El agua ha arrasado varias casas, que han sido desplazadas río abajo en varios puntos del parque. “El río nunca había estado tan alto cerca de mi casa”, ha asegurado Elizabeth Aluck, vecina del condado de Park, a la CNN
“Los niveles de agua eran altos ya desde el sábado, pero en las últimas 10-12 horas las cosas se pusieron más difíciles”, dijo Parker Manning, otro vecino de la zona.. “Nuestra salida de la ciudad sería hacia el norte por la 89, pero esos caminos están actualmente todos bajo el agua”, ha añadido.
El manómetro del río Yellowstone en Corwin Springs, en Montana, alcanzó los 4,23 metros el lunes por la tarde, superando la cresta histórica de los 3,5 metros de 1918, según los datos del manómetro de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Los cierres se producen cuando Yellowstone se estaba preparando para celebrar su 150 aniversario y las comunidades locales que dependían en gran medida del turismo contaban con un repunte tras las restricciones de viaje por el Covid durante los últimos dos veranos.
Las cinco entradas del parque se cerraron al tráfico por primera vez por una serie de devastadores incendios forestales en 1988.
En todo Estados Unidos, en los últimos días, los fenómenos meteorológicos extremos han azotado varios condados, incluyendo las tormentas eléctricas que dejaron a casi 300.000 clientes sin electricidad en el Medio Oeste, una amenaza de tornado en Chicago, y una ola de carlor que ha dejado a más de un tercio de la población estadounidense con temperaturas casi de récord para estas fechas.