Uno de los más importantes museos del mundo, que recibe al menos 10 millones de visitantes al año, decidió cerrar sus puertas por la huelga de sus empleados, que protestan contra los robos de los carteristas.
La dirección del Museo del Louvre ya había denunciado esta situación el pasado diciembre cuando pidió refuerzos policiales. Pero ahora, “unos 200 agentes de seguridad se han acogido a su derecho de huelga”, indicaron.
La delegada sindical Christelle Guyader apuntó que “los agentes a veces sienten miedo al tener que enfrentarse con bandas organizadas de delincuentes que cada vez son más violentos”. Por eso están realizando reuniones para mejorar el dispositivo de seguridad.
“A veces son menores que entran gratis al museo y, después de que la policía las llame la atención, regresan unos días más tarde”, informaron. Un centenar de agentes se han manifestado delante del Ministerio de Cultura y varios de ellos han mantenido reuniones con los directivos.