La búsqueda de descendientes de Ötzi, una momia bien conservada descubierta en la frontera entre Austria e Italia, que vivió hace 5.300 años, culminó con éxito. Al menos, eso asegura un equipo de investigadores. Afirman haber encontrado 19 parientes vivos del “hombre de los hielos”, todos ellos austríacos.
Desde su hallazgo Los Alpes en 1991, la momia fue estudiada por varios científicos buscando pistas que pudieran revelar la naturaleza del mundo en que vivía. Además, muchos intentaron identificar la causa de muerte. La teorías van desde una herida de flecha a un golpe en la cabeza.
En 2012, científicos anunciaron que habían descifrado el genoma completo de Ötzi y que en su ADN habían descubierto una mutación que esperaban encontrar en personas vivas. Así, especialistas del Instituto Nacional de Medicina Legal de la Universidad Médica de Innsbruck, Austria, compararon el ADN de Ötzi con las muestras de 3.700 donantes de sangre, e identificaron a estas personas genéticamente relacionadas con el “hombre de los hielos”. Según explicaron, hay posibilidades de dar con más “familiares” de Ötzi en la región suiza de Engadina y en Italia.
De hecho, el trabajo cuenta con colaboradores en esos países y, según ha indicado uno de los autores, Walther Parson, ya hay voluntarios que donaron muestran de sangre para continuar con la pesquisa.
Los estudios sobre el “hombre de los hielo” reveló que tenía la enfermedad de Lyme (una dolencia infecciosa transmitida por las garrapatas), que tenía 46 años de edad al momento de su muerte y medía algo más de 150 centímetros. Los restos hallados en su estómago evidencian que llevaba una dieta rica en carne, algo que también sugieren el arco y la flecha encontrados junto a su cuerpo.