Ignacio Castro: “Algo malo está pasando con la tecnología en los chicos y no podemos esperar al Estado”

El impulsor de Pacto Parental, Ignacio Castro, explicó en la 99.9 los fundamentos de la iniciativa que propone postergar el uso de celulares hasta los 13 años y el acceso a redes sociales hasta los 16. Señaló que existe evidencia creciente sobre el impacto negativo del consumo temprano de tecnología en la salud mental infantil y reclamó un acuerdo colectivo entre padres para “ordenar el entorno” de los chicos.

El impulsor de la iniciativa Pacto Parental, Ignacio Castro, dialogó con la 99.9 para explicar el crecimiento de este movimiento nacido entre padres preocupados por los efectos del uso temprano de tecnología en la salud mental de niños y adolescentes. La inquietud se disparó al conocer bibliografía especializada y casos internacionales como la reciente prohibición en Australia del acceso a redes sociales para menores de 16 años.Entendimos que algunas cosas no estaban funcionando del todo bien entre los chicos, que había algo raro”, explicó.

Castro señaló que la lectura del libro La generación ansiosa, de un psicólogo social que analiza el impacto del uso temprano de dispositivos, fue clave para comprender el panorama. Documenta qué le está pasando a la mente de los chicos alrededor de tanto consumo tecnológico y a tempranas edades”, indicó. A partir de allí comenzaron a identificar un patrón: Hay una serie de trastornos en la salud mental que está afectando a los chicos: ansiedad, depresión, incremento del bullying, autolesiones, suicidios. Hay un abanico enorme de problemáticas relacionadas al consumo de tecnología”.

Además, destacó que la mayoría de las investigaciones coincide en que los chicos no están preparados para tener un teléfono antes de los 13 años, ni los adolescentes para enfrentarla dinámica de redes socialesantes de los 16. El cerebro no se ha desarrollado lo suficiente para resistir esa inyección permanente de dopamina que te da un teléfono, afirmó.

En este contexto nació Pacto Parental, que propone un acuerdo colectivo entre padres para evitar que un niño quede aislado por ser “el único que no tiene” dispositivos o redes. No podemos reglar solo el teléfono de nuestros hijos; tenemos que lograr que toda la comunidad tenga la misma norma, explicó. La estrategia es trabajar por cursos escolares, donde los chicos pasan la mayor parte del tiempo y construyen sus relaciones primarias. La propuesta básica es clara: sin teléfono hasta los 13, sin redes hasta los 16 y un compromiso mínimo de 10 padres por curso.

Castro subrayó que la iniciativa no busca prohibiciones estatales, sino decisiones conscientes desde las familias. Esto no es prohibir teléfonos, es postergarlo hasta que ese cuerpo esté preparado. De la misma manera que no le damos un auto a un chico de 10 años o una copa de vino, comparó. Y advirtió: Cuando entendés que tu hijo está consumiendo algo que le hace mal, no puedo esperar al Estado ni al colegio; tengo que ordenarlo yo primero”.

Lo que comenzó como un pequeño grupo se transformó en un fenómeno nacional: En la comunidad que armamos tenemos casi 600 padres de todo el país. Entendimos que la problemática es común y que todos estamos preocupados por lo mismo, contó. En muchos casos, aseguró, los padres no saben exactamente qué ocurre, pero saben que algo malo está pasando y sienten la urgencia de actuar.

Castro coincidió en que es necesario desandar un camino iniciado en los años 90, cuando se impuso la idea de que el acceso temprano a computadoras e Internet garantizaba mejores oportunidades educativas. Hoy, dice, los indicadores apuntan a un fenómeno inverso: El incremento en consultas por trastornos de ansiedad y problemas de salud mental es escandaloso, advirtió.

Sobre el cierre, invitó a las familias a interiorizarse en la propuesta. En pactoparental.org hay un texto para descargar con una declaración de principios y la dinámica del acuerdo. Les pedimos que lo lean, lo compartan y evalúen si pueden comprometerse con un grupo de padres”, señaló. Según Castro, el objetivo es claro: “postergar la incorporación tecnológica hasta que los chicos estén preparados y ordenar el entorno para que crezcan sanos”.