Lo ordenó el presidente Lenín Moreno ante una ola de protestas. Los indígenas aceptaron abrir el diálogo con el gobierno.
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, ordenó un toque de queda en la ciudad de Quito ante una ola de protestas de indígenas en rechazo a la suba del 100 por ciento en los precios de los combustibles.
En su cuenta de Twitter el mandatario anunció el toque de queda y la militarización de la ciudad, afirmando que ello “facilitará la actuación de la fuerza pública frente a los intolerables desmanes de violencia”.
En tanto, el movimiento indígena aceptó ayer el diálogo directo que había rechazado en principio con el presidente Lenín Moreno.
El país está en bancarrota y ceder ante los manifestantes sería una derrota en el esfuerzo del presidente por revertir las políticas de su predecesor y ex mentor, Rafael Correa.
El ajuste por el déficit fiscal y la deuda externa que heredó el gobierno de la anterior gestión estrangula las cuentas públicas ecuatorianas. Es que Correa intentó desarrollar obra pública con financiamiento de china y ahora esas cuentas pesan mucho en la economía del país.
Por ejemplo, apostó a la construcción de la represa Coca Codo Sinclair, en la que prometía ser la mayor obra energética de la historia. La obra estuvo a cargo de una empresa china y el financiamiento corrió por cuenta del gobierno chino. Gastó U$S2.245 millones y hoy la represa está bajo auditoría por severas fallas en su funcionamiento (ver aparte).
Ecuador es un ex miembro de la OPEP profundamente endeudado por una década de elevado gasto gubernamental y la caída en los precios del petróleo. Con una deuda de 64.000 millones de dólares y un déficit anual de 10.000 millones, el presidente Moreno está aumentando los impuestos, liberalizando las leyes laborales y recortando el gasto público para poder obtener más de 4.000 millones de dólares en financiamiento de emergencia del Fondo Monetario Internacional.
Cientos de manifestantes, muchos encapuchados, se apoderaron de diversos sectores de la capital y áreas periféricas, paralizando calles y atacando a mansalva a vehículos particulares.
Algunos incendiaron y saquearon la Contraloría en Ecuador. Otros atacaron al diario El Comercio, otros al canal privado Teleamazonas, y otros bloquearon las vías al aeropuerto capitalino.
El mandatario luego, en cadena de radio y televisión, culpó a “los narcotraficantes, los Latin King (banda delincuencial), a los correístas (seguidores del ex presidente Rafael Correa) los que están dedicados a hacer estos actos vandálicos”.
LAS PROTESTAS
Desde que estallaron las protestas hace 11 días han muerto cinco civiles y se registran unos 2.000 heridos y detenidos, según la Defensoría del Pueblo.
Las escenas de bloqueos con llantas, palos y montículos de tierra, se generalizaron y han aumentado en violencia en toda la ciudad impidiendo el paso a vehículos particulares con agresiones con palos y piedras.
En otras áreas de la ciudad grupos de manifestantes se movilizaban en camionetas o a pie, con banderas y en medio de gritos de protesta.
En medio de una manifestación, se desprendió un grupo de encapuchados que rompieron las puertas de la Contraloría del Estado, que custodia la documentación para procesar actos de corrupción. Los alzados destruyeron oficinas y documentos a su paso y provocaron incendios en varios pisos.
En el edificio, que está a mitad de camino entre la Asamblea y el sitio donde estaban apostados los manifestantes indígenas, están los documentos de respaldo de las investigaciones de corrupción, buena parte de ellas a ex altos funcionarios del gobierno de Correa (2007-2017).
La ministra del Interior, María Paula Romo, en su cuenta de Twitter, aseveró que fueron detenidas 30 personas que se habían apostado en la terraza de la Contraloría. (AP y AFP)