Así lo afirmó el Licenciado en Psicología español a través de la 99.9 al referirse a las características de estas personas.
La psicopatía en personas que llegan al poder es un tema de profundidad que merece ser abordado. A través de la 99.9, el psicologo español Iñaki Piñuel hizo su lectura sobre las psicopatías que conviven con nosotros en lo cotidiano y como eso se proyecta en todo el mundo.
“Es la verdadera pandemia”, definió inicialmente. Luego explicó que “el esquema de fama y poder es lo que buscan los psicópatas detrás de una máscara de personas estupendas, magníficas, cumplidoras y excelentes. La realidad es que detrás de la máscara hay una persona sin emoción, sin conciencia y que termina victimizando a los demás porque los considera meros objetos de uso y abuso. Cuando alguien lo obstaculiza y no lo deja llegar al poder, lo eliminan de la manera más limpia posible, sin dejar huellas y haciendo una labor en la que pocas personas reparan. Muchos incluso pasan años sin darse cuenta que lo han tenido al lado todo este tiempo”.
Este tipo de actitudes están presentes todo el tiempo en nuestra vida cotidiana y para el Licenciado Piñuel son un verdadero problema: “los psicópatas integrados están entre nosotros. La mayoría no son los que nos presentan las películas. Son personas de nuestro entorno como la familia o la pareja. Los psicópatas están entre nosotros con máscaras de personas agradables”.
Generalmente se repara en las características de las víctimas para hacer un perfil, pero desde el punto de vista del especialista, son muy fáciles de reconocer los patrones en el victimario: “los hostigadores suelen tener un perfil especial. Hay una fama equivocada sobre que la víctima tiene un rasgo o disposición previa, es una leyenda urbana. Los que suelen presentar un perfil constante son los que hostigan y acosan. Estudiando esos perfiles, han aparecido las figuras del psicópata integrado, no criminal porque rara vez comete un crimen sanguinario. A su vez, es un gran destructor de vidas porque sin tocarle un pelo a su víctima, es capaz de dejarla exhausta emocionalmente y devastada”.
En medio de una pandemia que se niega a terminar, aparece este rasgo característico de diversas personas del entorno que podrían ser un potencial peligro: “nos encontramos que detrás de una imagen pública muy positiva, de una imagen externa impecable hay un individuo sin conciencia, sin emociones, que se aburren pronto de todo y suelen usar a las personas para manipularlas y que hagan lo que ellos quieren, sin siquiera darse cuenta. Son los depredadores humanos más temibles e inquietantes que tenemos ahora mismo”.