El Proyecto Gaganyaan contará con 1.252 millones de euros y enviará a tres astronautas a la órbita de la Tierra en 2022.
India destinará 100.000 millones de rupias (1.253 millones de euros) para su primera misión tripulada al espacio, prevista para 2022. El proyecto prevé enviar tres astronautas a orbitar la Tierra para una misión científica y refuerza su ambición de hacer de India una potencia global en la prestación de servicios low-cost en el espacio. “El Gobierno ha dado luz verde a la Iniciativa de Vuelo Espacial Humano”, anunció el pasado viernes el Ministro de Información y Tecnología Ravi Shankar Prasad en Nueva Delhi, la capital. “Enviaremos una tripulación de tres miembros durante siete días al espacio. Trataremos de completar una iniciativa piloto en los próximos 40 meses”, añadió.
El Proyecto Gaganyaan (nave espacial, en hindi), presentado el pasado agosto por el primer ministro Narendra Modi durante el festejo del día de la independencia del país, refuerza su ambición de hacer de India una potencia global en la prestación de servicios low-cost en el espacio. En 2014, el actual Ejecutivo ya puso el primer satélite indio en órbita en Marte; haciendo de India la cuarta nación en conseguirlo tras la antigua URSS, Estados Unidos y Europa, y adelantando a Japón y China; además de ser la única en hacerlo en el primer intento y con la menor inversión. La Misión de Órbita en Marte (MOM), también conocida como Mangalyaan, costó unos 60 millones de euros; menos que la película de Hollywood Gravity.
El pasado noviembre, la Organización India para la Investigación Espacial (ISRO, en sus siglas en inglés) también lanzó al espacio un cohete que llevaba 31 satélites, muchos de ellos por cuenta de gobiernos extranjeros. Para la anunciada misión tripulada, ya se han firmado acuerdos de colaboración con las agencias espaciales rusa Roscosmos y la francesa CNES. Según informa el medio local Times of India, ISRO ya ha empezado el proceso de selección de los experimentos que podrían realizarse en la órbita baja terrestre (Low Gravity Orbit o LEO, en inglés) donde enviará a los astronautas indios seleccionados por el Instituto de Medicina Aeroespacial, dependiente de la Fuerzas Aéreas Indias.
La agencia espacial india está barajando llevar a cabo, al menos, diez experimentos en la nave que será enviada a unos 400 kilómetros de la Tierra. Desde la prueba de equipos médicos, hasta exámenes relacionados con la micro-biología como ensayos con filtros de aire biológicos y biosensores. También se prevén estudios de gestión de residuos biomédicos para el control de gases tóxicos. “Ya que ISRO planea un vuelo espacial humano, está buscando el aporte de la comunidad científica nacional para realizar experimentos de microgravedad en LEO”, anunció la agencia india; que programa lanzamientos espaciales no tripulados en 2020 y 2021 probar todos sus sistemas antes del vuelo final con astronautas.
Hoy mismo, el expresidente de ISRO, A. S. Kiran Kumar, señalaba la importancia de inversión en rendimiento tecnológico espacial y hardware relacionado. “Habiendo desarrollado cierta tecnología, necesitamos asegurarnos de hacerlo en cantidades [elevadas] para capturar una porción del mercado global disponible. Eso dará un gran impulso a la actividad económica del país”, dijo a la agencia de noticias india PTI el que fuese líder de la agencia durante tres años y responsable de la exitosa misión a Marte.
Además del impacto que la ambicioso proyecto tendrá en el ámbito económico y de desarrollo, existen importantes aspectos militares y de seguridad para que la potencia regional se esté centrando en la carrera espacial. “Por ejemplo, la prueba anti-satélites desarrollada por China en 2007 ha dado lugar a crecientes debate en India tales como el modo en que debería desarrollar sus propias medidas disuasorias”, explicó a Al-Jazeera English Rajeswari Pillai Rajagopalan; jefe de la Iniciativa para la Política Nuclear y Espacial de la Fundación para la Supervisión e Investigación de Bombay.
El ambicioso proyecto de exploración espacial sitúa así a India, que empezó a invertir en su programa espacial en la década de los años 60, entre el selecto grupo de potencias que ya lo han hecho, como la propia China además de Rusia, Francia, Japón y EEUU; aunque aún muy por debajo del presupuesto destinado por esta última, de alrededor de 35.000 millones de euros. A pesar del éxito de India en su carrera espacial de bajo coste, muchos cuestionan su inversión en la materia considerando los pobres índices socio-económicos del segundo país del mundo con más número de personas que viven bajo el umbral de la pobreza.