Fue ayer, luego de que Francisco se refiriera al estallido de un depósito en Tianjin, en el que murieron 112 personas.
En un inesperado gesto de distensión y una nueva señal de acercamiento entre el Vaticano y China, la televisión de Beijing transmitió ayer un servicio sobre el Angelus en el que el papa Francisco se refirió al estallido –la semana pasada– de un depósito industrial en la ciudad portuaria de Tianjin, que provocó la muerte de 112 personas y centenares de heridos.
El sitio de información vaticana Il Sismógrafo catalogó el acercamiento como poco común precisando que se trata de un gesto del que no hay precedentes. Recordó las múltiples veces que desde China fueron distantes a los intentos de acercamiento, algo que ahora parece haberse terminado.
El Angelus de ayer, en el que Papa Francisco transmitió su solidaridad y ofreció sus plegarias a las víctimas y heridos de la tragedia de Tianjin, fue destacado también por el South China Morning Post, diario anglófono de Hong Kong.
Tras años de incomprensiones, en los últimos días hubo varias señales de distensión entre China y la Santa Sede. En el país asiático volvieron a realizarse las ordenaciones episcopales, que cuentan tanto con el mandato papal como con el reconocimiento de parte de las autoridades chinas, hecho que indica el posible inicio de una nueva fase de diálogo.
El Vaticano del papa Francisco sigue teniendo precisamente como objetivo el de instaurar un diálogo con China, país con el que no tiene relaciones diplomáticas desde el lejano 1951. La importancia del desarrollo del catolicismo en China para el Papa es un tema destacado y lo demuestra.
En los últimos meses hubo otras señales de distensión Beijing–Vaticano, por ejemplo, cuando el avión que llevó el Papa a Corea del Sur, y luego a Filipinas, cruzó el territorio chino y Bergoglio transmitió telegramas de saludo al presidente Xi Jinping, que fueron correspondidos. Esa autorización había sido negada a Juan Pablo II en 1989.
Pese a estas claras señales de distensión, la situación sigue sin embargo siendo contradictoria. Por ejemplo, la semana pasada la diócesis de Henan en China, anunció que el sacerdote Cosmos Ji Chengyi será ordenado obispo de la diócesis de Zhumadian. Sería así el segundo obispo en tres años con la aprobación del Papa. Unos días antes habían consagrado al monseñor Joseph Zhang Yinlin como obispo coadjutor de Anyang, convirtiéndose en el primer obispo ordenado en más de tres años. Pero por otro lado, días atrás se difundió el pedido del cardenal de Hong Kong, John Tong, quien –tras la demolición ilegal de miles de cruces de iglesias católicas y protestantes en la provincia de Zhejiang– reclamó al gobierno la apertura de una investigación.