Niños que se niegan a dibujar figuras humanas, a escuchar música, a hacer gimnasia durante el ramadán, que presionan a compañeros que no comen comida sin certificación religiosa: son algunos de los casos que ilustran una temprana radicalización religiosa en las escuelas de Francia, según documento de los servicios de inteligencia examinado por el ministerio de Educación.
El informe realizado por los servicios de inteligencia de Francia está en el escritorio del ministro de Educación de Francia, Michel Blanquer. El texto confidencial, revelado por la radio Europe 1, describe las fricciones entre la escuela pública y la práctica del islam por parte de niños musulmanes.
Aunque el documento indica que la situación es estable, el estudio indica que existen casos cada vez más duros de repliegue religioso que impiden el normal desarrollo de la vida escolar. La nota confidencial describe casos de niños que se niegan a dibujar figuras humanas (una prohibición rigurosa para ciertos musulmanes); chicos que se tapan lo oídos para no escuchar música en la clase, varones que se oponen a darle la mano a sus compañeritas de curso o incluso de menores que rechazan muebles de color rojo, juzgados contrario a las enseñanzas del Corán, apunta Europe 1.
Uno de los principales puntos problemáticos para las autoridades escolares es el momento del almuerzo. En la región del sudeste se registran casos de niños que se niegan a sentarse junto a compañeros que coman cerdo. Además, chicos musulmanes insultan a otros de la misma religión por no comer alimentos halal (que siguen las prescripciones religiosas islámicas).
En Saint Denis, en los suburbios de París, en un viaje escolar “de unos 50 alumnos, 35 se negaron a comer una pata de pollo que les habían dado para la cena porque no era halal. No nos habían avisado, así que tuvimos que botar 35 patas de pollo y sólo se comieron las papas fritas”, cuenta Yannis Roeder, el profesor de historia del curso, citado por Europe 1 en el informe.
Otros casos señalados cuentan mencionan incidentes ligados al ayuno durante el mes del ramadán: un niña deshidratada rechaza un vaso de agua mientras el padre tampoco da la autorización porque no lo ha consultado con el imán; un equipo de fútbol de una secundaria del este de Francia que debió abandonar el campeonato nacional de fútbol de salón porque la mitad del equipo observaba el ayuno.
En tanto, en la ciudad norteña de Lille, aparecieron madres de alumnos distribuyendo volantes exigiendo la separación de varones y niñas “en nombre del Corán”.
Para Frédéric Béghin, autor de un libro sobre el laicismo (“Una oración para el colegio: los maestros frente al rompecabezas de la laicidad”) el informe pone el acento en una realidad que él ya había constatado. “En todas las escuelas de Francia, ya sea en la primaria o en el secundario, no tenemos una mayor recurrencia de estos hechos, pero sí son más precoces, más reivindicativos, más agresivos, ya se trate en la vida cotidiana en la escuela, el comedor o la enseñanza en las aulas”, recalcó en una entrevista con Le Parisien.
A la espera de una nueva estrategia frente a este fenómeno de radicalización, la Educación nacional francesa ha creado una plataforma se asistencia para ayudar a los maestros y profesores a tener un apoyo las 24 horas. Cada día, el servicio atiende unos 30 casos ligados a esta problemática.