El Gobierno de Israel ha dicho que mantendrá su presencia militar en cinco lugares del sur del Líbano, por razones de seguridad. Eso somete al nuevo Gobierno libanés a una considerable presión.

La demanda es clara: Israel debe retirar por completo sus tropas del Líbano, según lo acordado. Así lo indicaron el presidente, Joseph Aoun, el primer ministro, Nawaf Salam, y el portavoz del Parlamento, Nabih Berri, en una declaración conjunta, a comienzos de semana. Agregaron que el ejército libanés está en condiciones de cumplir «todos sus deberes a lo largo de la frontera”.
Al mismo tiempo, el nuevo Gobierno libanés calificó la persistente presencia israelí como una «ocupación del Líbano”, e indicó que recurrirá al Consejo de Seguridad de la ONU.
Advertencia de la ONU
Entretanto, también la ONU se ha pronunciado. «Hoy termina el plazo para la retirada del ejército israelí y el emplazamiento del ejército libanés en el sur del Líbano”, declararon el martes (18.02.25) la enviada de la ONU, Jeanine Hennis-Plasschaert, y la misión de paz FINUL, instando a ambas partes a atenerse al acuerdo.
El cese del fuego fue acordado en noviembre entre Israel y Hezbolápara poner fin a la guerra que comenzó con un ataque de la milicia proiraní el 8 de octubre de 2023. Hezbolá quería respaldar a la organización islamista Hamás, que un día antes había realizado un atentado a gran escala contra Israel, dejando más de 1.100 muertos. El acuerdo contempla que al menos 5.000 soldados libaneses controlen el sur del país.
Israel, sin embargo, acusa al ejército libanés de no enviar a los uniformados a la zona con suficiente rapidez, y alega que, por eso, no pueden garantizar la seguridad. Su temor es que la milicia proiraní Hezbolá, calificada de organización terrorista por Estados Unidos, Alemania y varios países sunitas, pueda reanudar sus ataques contra localidades del norte de Israel.
Violación del acuerdo
La altura a la que se encuentran los lugares que mantiene bajo su control,otorga a Israel una ventaja táctica, a juicio de Merin Abbass, jefe del Proyecto del Líbano de la Fundación Friedrich Ebert, cercana al partido socialdemócrata alemán. «Sin embargo, esa decisión viola claramente el acuerdo de alto el fuego”, señala en entrevista con DW.
Según el analista militar israelí Yaakov Lappin, «parece claro que, de parte de Hezbolá, no hay disposición a atenerse al acuerdo y renunciar a reconstruir su infraestructura militar en las cercanías de la frontera”. Así lo indicó en un artículo que escribió para la agencia de noticias Jewish News Syndicate, agregando que, en primera línea, les corresponde a las fuerzas israelíes evitarlo.
El politólogo libanés Daoud Ramal lo ve de modo diferente. «Israel no persigue un objetivo militar estratégico, porque mientras disponga de su sistema de espionaje, sobre todo de sus satélites, puede vigilar todo el Líbano”, dice a DW.
Un problema para el gobierno libanés
En opinión de Ramal, la permanencia de fuerzas israelís en el Líbano podría llevar a la formación de grupos armados libaneses, como en las décadas de 1980 y 1990. «Eso, naturalmente, no va en interés de la seguridad internacional y la paz”, indica. No espera, sin embargo, una reacción militar de Hezbolá.
Improbable la considera también Merin Abbass, debido a la debilidad militar de Hezbolá. No obstante, la mantención de la presencia militar israelí conlleva otro problema: la desestabilización política interna en el Líbano.
«Naturalmente, debilita en medida considerable el prestigio del presidente Joseph Aoun en el país y, por ende, el del nuevo Gobierno libanés. Este se ve bajo presión no solo de parte de Hezbolá, sino de toda la sociedad libanesa. El problema no es ahora entre Hezbolá e Israel, sino entre el Estado libanés e Israel. Si este se agudiza, difícilmente serviría a los intereses de la comunidad internacional”.