El presidente de la FUBA, Julián Asiner, habló en la 99.9 sobre la lucha de los aborígenes en Formosa contra los constantes ataques del gobernador Gildo Insfrán para sacarlos de sus tierras. “Se maneja con patotas, la arbitrariedad de todos los poderes del estado y cuenta con el respaldo de la plana mayor del gobierno”, destacó.
La situación actual de las comunidades indígenas en el norte de nuestro país y particularmente en Formosa, es muy delicada por la persecución que vienen denunciando desde hace un tiempo distintas agrupaciones y tienen que ver con la presión del gobierno de Gildo Insfrán.
Esta mañana en la 99.9, se refirió a este tema el presidente de la FUBA, Julián Asiner quien destacó que “la situación sigue igual y cuenta con el respaldo de la plana mayor del gobierno. Insfrán es un personaje nefasto que se maneja con patotas y la arbitrariedad de todos los poderes del estado”.
El objetivo no solamente pasa por sacar del lugar a las poblaciones originarias, sino poder instaurar negocios que terminan siendo particulares. “Usan todo para amedrentar a las poblaciones y seguir alambrando la zona para cerrar sus negocios con las petroleras y ahora, incluso los proyectos nucleares que se quieren hacer en Formosa y no tienen nada que ver con un desarrollo genuino del país”, aseguró.
Desde la FUBA, consideran que se trata de una manera de actuar que se da con la anuencia del gobierno nacional y que se repite en otras latitudes del territorio nacional, por eso buscarán respuestas en Capital Federal: “no es distinto de lo que pasa, por ejemplo en el sur del país. Estamos ante una política nacional y por eso iremos al Ministerio del Interior para pedir una reunión con Randazzo. Queremos que liberen a los wichis porque están haciendo una huelga de hambre que lleva 6 días y entran en riesgo sus vidas”, explicó Asiner.
Al estar tan alejados de la Capital Federal, estos temas terminan minimizados en los medios nacionales y no hay un seguimiento de los problemas que se generan: “las poblaciones aborígenes son muy importantes, hay varias comunidades que son el interior de la provincia y las que poblaron toda la zona. Los desplazan a todos de sus tierras y los trasladan a las villas, todo para el surgimiento de negocios sojeros o petroleros en el interior”, remarcó pensando en la incidencia de estas personas en la zona.
Es mínimo lo que reclaman, pero es también fuerte la resistencia que oponen para que no los aparten del lugar donde nacieron y quieren vivir. “Estas poblaciones lo único que quieren tener es derecho a trabajar su tierra. Esta gente tiene una relación muy particular con el capitalismo y las ciudades; se quieren quedar en el campo pero los acorralan no les dan ambulancias, escuelas ni nada”, denunció.
Es un tema delicado que no cesará fácilmente, como tampoco será fácil llegar a una reunión con el Ministro del Interior para tratar el tema. Mientras tanto, los aborígenes luchan por sus tierras y sus derechos.