La cantante Liliana Domínguez, habló en la 99.9 sobre un nuevo conflicto que afrontan los artistas que se desempeñan en la Rambla. Ante una nueva denuncia por ruidos molestos, la justicia indicó que se deben regular sonidos y horarios durante el verano, pero Inspección General a cargo de Eduardo Bruzzeta, les dijo que se tenían que ir. “Me hacen sentir una porquería, nos llegaron a decir que nosotros éramos anti-cultura”, indicó.
Una vez más, los artistas callejeros que trabajan en la Rambla tienen problemas para llevar adelante su trabajo. La cantante Liliana Domínguez vuelve a ser una de las perjudicadas después de que, en un principio, Aldrey Iglesias los quisiera sacar de ese lugar.
En la 99.9, la artista contó la situación que está atravesando ahora: “hay un señor de 87 años que denunció ruidos molestos. No vive en Mar del Plata sino que viene en temporada estival y el juez le dio un amparo. Tanto la Provincia como la Municipalidad niegan habernos dado alguna vez permisos para que nosotros trabajemos en el lugar, pero yo los tengo”.
Además de esta mentira que quiere imponer el municipio, durante todo este tiempo han pedido una legislación al respecto, que nunca llegó: “siempre estamos en el aire porque pedimos una reglamentación y nunca hubo respuesta. El otro día nos dijeron que teníamos que irnos de la Rambla a la Plaza del Agua o la Glorieta de la Plaza San Martín o trabajar en la Rambla sin sonido”.
Sin embargo, horas atrás Liliana pudo hacerse con la resolución de juez y nunca se habla de cambiarlos de lugar. “Lo que resolvió es que se regulen sonidos y horarios en temporada estival, pero no habla de sacar a nadie de ningún lado”, aclaró. Lejos de esa realidad, la gente encabezada por Eduardo Bruzzeta, le dijo lo contrario: “Inspección General que está a cargo de los artistas de la Rambla es quien nos dijo que nos teníamos que ir, pero lo que dice la justicia es otra cosa. No podemos entender porque tanto ensañamiento con nosotros”.
Incluso fueron con amenazas económicas para que finalmente le puedan conceder el antiguo deseo a Aldrey Iglesias: “nos dijeron que si seguíamos en la Rambla teníamos que pagar 20.000 pesos de multa por día por no actuar sobre nosotros. Cuando a nosotros nos empezaron a dar los permisos, que ahora lo niegan, seguimos trabajando tranquilos. En ese momento nos dijeron que había gente haciendo denuncias y que nos tenían que regularizar”. Nada de eso sucedió.
El destrato se fue incrementando con el correr de las horas buscando que se harten de la situación. Sin embargo, Liliana Domínguez sigue en pie y no está dispuesta a ceder terreno: “ya estoy muy cansada, hay veces que reacciono bien y otras que reacciono mal. Nuevamente fue una piña en la boca del estómago que te deja sin aire. Me hacen sentir una porquería, nos llegaron a decir que nosotros éramos anti-cultura”, concluyó.