INVAP Y Turkish Aerospace Industries se asociaron para formar una empresa a la que bautizaron GSATCOM. La nueva firma desarrollará una nueva generación de satélites geoestacionarios de comunicaciones con motores iónicos y carga flexible. Cuando el diseño esté avanzado esperan producir hasta un satélite por año.
A principios de septiembre, en San Carlos de Bariloche, las empresas INVAP y Turkish Aerospace Industries (TAI) anunciaron la conformación de la empresa GSATCOM Space Technologies, con el objetivo de desarrollar satélites de comunicaciones geoestacionarios eléctricos y de pequeñas dimensiones. Para la empresa estatal rionegrina el acuerdo implica la posiblidad de continuar su línea tecnológica satelital en el sector de servicios para telecomunicaciones.
Se trataría de la primera vez que INVAP incursiona en el desarrollo de un motor iónico de manera comercial –algo que originalmente estaba previsto para el ARSAT 3, antes de que el Gobierno decidiera suspender el programa satelital por el que la empresa ARSAT contrataba a INVAP– y a nivel internacional son muy pocos los proyectos existentes.
Los motores iónicos funcionan con un láser de alta potencia que quema un combustible, usualmente una barra de aluminio, y expulsa sus partículas a muy alta velocidad, cercana a la del sonido. El beneficio de este tipo de motores es que la energía para alimentar el láser la obtienen por paneles solares y además no necesitan un oxidante, como los motores de cohete. En el caso del ARSAT 2, más de la mitad de su peso correspondía al combustible y oxidante de su motor cohete, que además se gastaba en un 80% durante el trayecto de adquisición de órbita. Los nuevos satélites de motores iónicos tienen menor peso y, por lo tanto, menores costos de lanzamiento. También permiten que satélites chicos o medianos, de 1000 a 2000 kilos, tengan las capacidades de un satélite pesado como el ARSAT 2, de 3000 kilos.
TAI es una empresa turca creada en 1984 para realizar el mantenimiento de los aviones caza F16 de la fuerza aérea de ese país. En sus orígenes, su propiedad se dividía entre el Estado turco y socios privados estadounidenses, pero desde el año 2005 es completamente estatal y depende de área de defensa de ese país. “Encontramos en TAI una capacidad de diálogo muy buena y una confianza que hizo todo este proceso fuese bastante ágil. Fue una negociación intensa y compleja para llevar adelante el proyecto y es lo que nos da esperanza de que realmente sea algo muy útil para ambas empresas y para el país”, le dijo a TSS Vicente Campenni, gerente general de INVAP.
La nueva empresa –que tiene sede en Ankara, Turquía– le permitirá a INVAP aprovechar comercialmente las capacidades generadas con el desarrollo de los satélites ARSAT 1 y 2, lanzados en los años 2014 y 2015, respectivamente. “Los proyectos nacionales son importantes porque nos permiten desarrollar capacidades que después se transforman en un capital que nos da capacidad de negociación a nivel internacional”, dijo Campenni. Y agregó: “Un sistema de radarización o un reactor de investigación tienen ciclos de vida de décadas, entonces necesitamos un componente de exportación para darle continuidad a nuestras capacidades, lo que que también genera ingresos de divisas y aporta a la generación de empleo”.
Los satélites de carga flexible a los que apunta la nueva empresa presentan varias ventajas con respecto a los de carga fija, como el hecho de que mientras están en órbita tiene posibilidades de reconfigurar el apuntamiento del haz. Tradicionalmente, un satélite se diseña teniendo en cuenta el área de la Tierra a la que se pretender apuntar y, por lo tanto, darle cobertura. Si durante su vida útil se quiere reorientar sus antenas para aprovechar una oportunidad de negocio, su rendimiento baja mucho. En cambio, los satélites con motores iónicos tienen la capacidad de redirigir sus antenas con una pérdida muy baja de eficiencia. Además, tienen la posibilidad de digitalizar sus señales abordo para la retransmisión. La carga flexible permite que el satélite tenga una vida útil de 15 años con un costo sensiblemente menor y con la capacidad de adaptarse a los cambios del mercado.
“Dada la experiencia que ya tenemos ambas empresas en la construcción de satélites, apuntamos a aquellos subsistemas críticos que queremos rediseñar. Siempre habrá alguien que lidere y el otro soporta en cada sistema, dependiendo de las fortalezas de cada empresa”, sostuvo Campenni. Por ejemplo, el sistema de comunicaciones, que está entre los desarrollos de mayor relevancia, estará liderado por INVAP, mientras que el subsistema de estructura y térmico estará liderado por TAI. Ambas empresas consideran que esta asociación permitirá tener un acceso más beneficioso al mercado internacional, ya que también se sumarán las capacidades de comercialización.
En cuanto a qué pasaría si la Argentina finalmente decidiera construir el ARSAT-3 con INVAP, Campenni respondió: “Cuando la Argentina o Turquía tengan una posición comercial ventajosa para poder acceder a un contrato lo pueden hacer en forma independiente, aunque deberán pagar derechos a la otra parte por el uso de la tecnología desarrollada en forma conjunta”.
El año pasado, se conoció que el Gobierno nacional le adeudaba casi 700 millones de pesos a INVAP y que algunos de sus trabajadores habían cobrado su sueldo en varias partes y fuera de la fecha de cobro habitual, según un informe difundido por Latam Satelital. La crisis continuó a principios de este año, cuando once trabajadores fueron despedidos de la empresa estatal rionegrina. Al respecto, Campenni le dijo a TSS: “INVAP es una empresa de proyectos que tienen una temporalidad predefinida. A veces hay más ingeniería, a veces más construcción o integración, y esta ventaja que tiene INVAP de tener distintas áreas tecnológicas y proyectos dentro de las mismas áreas nos permite hacer una gestión flexible de los recursos humanos. Mucha gente que hace cuatro o cinco años estaba trabajando en los proyectos satelitales hoy esta en los proyectos nucleares, o con los radares. A veces es más fácil gestionar los recursos para encontrar el equilibrio y otras no tanto”.