Un grupo de Ingenieros británicos ha puesto a prueba un nuevo proyectil que puede servir para explorar el sistema solar.
El llamado “penetrator”, tal y como se le bautizó, es un objeto de acero muy parecido en su forma a una bala de 20 kg. Fue disparado contra un cubo de 10 toneladas de hielo, simulando el impacto sobre la superficie que recubre a Europa, una de las lunas de Júpiter.
Según indicaron los científicos, el penetrador impactó en el bloque a una velocidad de casi 550 km/hora y desaceleró rápidamente, pero su estructura permaneció intacta, por fuera y por dentro.
Este aparato podría servir para transportar instrumentos como sismómetros destinados a estudiar el interior de planetas como Marte, o un laboratorio de química orgánica que podría utilizarse para detectar actividad de microbios en los satélites de Júpiter.
“Fue muy exitoso porque la velocidad de entrada fue mayor que la esperada y todos los sistemas que hemos revisado han sobrevivido”, explicó a la BBC, Marie-Claire Perkinson, coordinadora del programa industrial de Astrium UK, la compañía espacial que lleva el proyecto. “Este es un proyecto civil donde estamos aplicando muchas de nuestras capacidades técnicas en simulación, experimentos y materiales, pero no seríamos capaces de hacerlo sin la investigación que ha realizado el Ministerio de Defensa durante los últimos 30 o 40 años”, agregó.
Este proyectil espacial ha estado en desarrollo por casi 10 años con el objetivo de realizar una misión lunar llamada “Moonlite”, que finalmente se estancó. Sin embargo, la Agencia Espacial Europea (ESA) decidió retomar la idea de seguir con el armado de este aparato. “Los penetradores ofrecen una cantidad de ventajas sobre los aterrizadores blandos, que tienen que disminuir su velocidad para alcanzar la superficie a salvo”, explicó el director del proyecto en ESA, Sanjay Vijendran. Y agregó: “permitirán penetrar de forma profunda más allá de la superficie, hasta tres metros, sin tener que taladrar. Y al ser ligero significa que puedes desplegar unos cuantos a la vez desde una nave espacial en órbita”.
Los ingenieros creen que un sistema de este tipo estaría listo para volar antes del final de esta década, aunque aún no se ha asignado ninguna misión específica para este dispositivo. La ESA tiene una nave espacial llamada Juice que volará a Europa en la próxima década, pero no hay espacio a bordo para llevar este tipo de tecnología.