Científicos de la Universidad Nacional de La Plata trabajan en una alternativa más eficaz y con menos efectos secundarios que los procedimientos actuales. En nuestro país, casi el 4 por ciento de la población está infectada.
Un equipo de científicos de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) trabaja en la búsqueda de nuevas soluciones terapéuticas más eficaces y con menos efectos secundarios para la Enfermedad de Chagas.
El Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Bioactivos (LIDeB) avanza en la utilización de la clofazimina como un nuevo procedimiento. La particularidad de este nuevo descubrimiento es que, hasta ahora, este antibiótico era utilizado solamente para tratar la lepra.
De acuerdo a estadísticas oficiales, la Argentina es el país con mayor incidencia de la enfermedad, con casi el 4 por ciento de su población infectada con el parásito Trypanosoma cruzi. Resulta sorprendente cómo esta enfermedad, descubierta hace ya más de 100 años, todavía prevalece en nuestro país. Esto refleja que, pese a los discursos oficiales, las condiciones socioeconómicas no han mejorado y el nivel de pobreza es cada vez más alto. Las clases vulnerables son las que más expuestas están a este tipo de enfermedad que, si no es descubierta a tiempo, puede provocar la muerte.
Más allá de eso, la enfermedad no parece tener tanto impacto si se miran exclusivamente las cifras de mortalidad, pero sí es muy relevante en términos de años ajustados por discapacidad, una medida de la carga global de la enfermedad que permite cuantificar las pérdidas de vida sana, ya sea por mortalidad prematura o por el tiempo vivido con una salud menguada.
Los investigadores del LIDeB trabajan desde hace más de una década en el reposicionamiento de fármacos asistidos por computadora. Para la ciencia, reposicionar un fármaco implica encontrarle un nuevo uso médico a una droga que ya se utiliza o se ha utilizado en clínica, o que ha alcanzado al menos ensayos clínicos. Este es el caso de la clofazimina, que hasta ahora sólo era aplicada al tratamiento de pacientes con lepra.
Hasta hoy existen sólo dos fármacos aprobados para tratar la enfermedad: benznidazol y nifurtimox. Ambos presentan importantes efectos adversos y resultan de dudosa eficacia en la fase crónica de la enfermedad en adultos.
Alan Talevi, responsable de LIDeB, explicó que, “si bien tenemos varios proyectos interesantes atravesando estudios preclínicos en animales, el desarrollo más avanzado es la clofazimina, un antibiótico que se utiliza para tratar la lepra, ya que hemos reportado su actividad no sólo contra distintos estadios en el agente etiológico del Chagas, sino también en modelos animales de la enfermedad, tanto de infección aguda como de infección crónica”.
Talevi agregó “desarrollar una droga desde cero suele insumir unos 12 a 15 años y una inversión del orden de mil millones de dólares (considerando el costo de capital, no sólo el costo de bolsillo del desarrollo). El reposicionamiento permitiría acortar el tiempo de desarrollo y reducir sustancialmente la inversión necesaria”.