Hasta el incendio del buque Almirante Irizar, el combustible viajaba a la Antártida por $9,34 el litro; luego pasó a costar $24,14. Sospechan un entramado para beneficiar al puerto de La Plata.
Dispuesto a analizar la pesada herencia K en todos los frentes, el macrismo, a través del Ministerio de Defensa, pone la lupa en el traslado de combustible a las bases argentinas. En particular, se busca determinar cómo y por qué en 2010 se pasó de un sistema de traslados del gasoil antártico de $9,34 el litro a granel por un sistema de traslado en tambores a 24,14 el litro.
En el Ministerio sospechan de una triangulación entre personal responsable del sector compras del Estado Mayor Conjunto, del Comando Operacional del mismo, de personal de YPF que vendería el producto de forma condicionada y del gremio de estibadores del puerto La Plata, que monopolizaría la carga a cuatro veces el valor real: mientras el puerto platense cotiza la estiba en más de $5 millones, en Buenos Aires salía unas tres veces menos. La sospecha es que se favorecía a empresas y que había sobreprecios.
El punto cúlmine llegó con el incendio del emblemático buque de la Armada argentina, Almirante Irizar, en abril de 2007. Por décadas, este rompehielos realizó la campaña antártica, cargaba el gasoil a granel en sus tanques y lo llevaba a cada base, donde el combustible era bajado en helicópteros.
Pero en 2010, Defensa e YPF cambiaron el plan de acción y el pliego. Sin explicación alguna, el combustible debió ser transportado en tambores de 200 litros. Con este sistema una vez en las bases, en vez de ser bajados desde los helicópteros, el combustible comenzó a ser bajado en redes.
Las razones de este cambio de operatoria es lo que buscan conocer las nuevas autoridades: por qué se paga una diferencia total mayor de $12,5 millones por el gasoil en tambores respecto a cuando se lo llevaba a granel, y quién o quienes se benefician.