Inyección letal en Texas para hispano de 41 años

21 años después de haber cometido el crimen, un hispano fue ejecutado por el procedimiento de la inyección letal.

Moisés Sandoval Mendoza fue hallado culpable de estrangular y apuñalar en 2004 a Rachelle O’Neil Tolleson, que entonces contaba con 20 años. El hombre trasladó el cuerpo a un campo detrás de su casa y lo mantuvo allí varios días hasta que la Policía lo interrogó.

El sentenciado, quien en ese entonces tenía la misma edad de la víctima, luego condujo el cadáver a una fosa en una zona rural, le prendió fuego y lo enterró bajo la maleza, según documentos oficiales. Fue hallado días después.

Mendoza también fue acusado de haber abusado sexualmente de Rachelle, aunque él aseguró que su encuentro fue consentido. O’Neil Tolleson era la madre de una bebé de cinco meses y conoció a su agresor en la escuela secundaria.

Esfuerzos de la defensa
El hombre hispano, de 41 años, fue condenado y finalmente ejecutado el miércoles en Texas, pese a los intentos de su defensa por cambiar la pena a cadena perpetua.

El abogado de Sandoval Mendoza intentó sin éxito detener la ejecución, al asegurar que su defendido podría vivir pacíficamente bajo régimen de cadena perpetua. Sin embargo, durante el proceso fue acusado de violencia dentro de la prisión. Como último recurso, la defensa pidió a la Corte Suprema de Estados Unidos que revisara el caso ya que, según el abogado, el preso envuelto en el incidente aceptó que él agredió a Sandoval Mendoza. La solicitud fue negada.

La Red de Movilización Católica había pedido antes a la justicia reconsiderar su decisión, en un sistema «que condena a muerte» a personas como Sandoval Mendoza «sin reconocer plenamente su capacidad de cambio».

Disculpas antes de recibir la inyección letal
«Lamento haberles robado la vida de Rachelle (…) No sé si nada de lo que pueda decir o hacer podría compensarlo. Quiero que sepan que soy sincero y les pido disculpas», dijo Moisés Sandoval Mendoza, poco antes de recibir la inyección letal en la cámara de ejecuciones de la prisión de Huntsville, Texas.

«El Estado de Texas cumplió con su deber y obligación de hacer justicia y garantizar que los criminales reciban el castigo apropiado», dijo el fiscal general de Texas, Ken Paxton, en una declaración.

Con la de Sandoval Mendoza, son ya 13 ejecuciones las que han tenido lugar en Estados Unidos en lo que va de año: nueve por inyección letal, dos por inhalación de nitrógeno, y dos por fusilamiento en Carolina del Sur.