Las autoridades aseguran que el centro brindará “servicios psicológicos de asesoramiento y apoyo” a las mujeres que hayan podido ser presionadas.
Proporcionar “tratamiento científico y psicológico” a jóvenes y adolescentes. Este el objetivo que las autoridades iraníes aseguran que persigue la apertura de la ‘Clínica de Rehabilitación de la Falta del Hiyab’. Un centro que abrirá sus puertas próximamente en Teherán, y que ha vuelto a poner en el centro de la polémica a la República Islámica.
Ha sido la jefa del departamento de mujeres y familia del Centro de Ordenar el Bien y Prohibir el Mal, Mehri Talebi-Darestani, quien este miércoles ha dado a conocer más detalles sobre la iniciativa, en una entrevista en el diario Etemad. Talebi-Darestani alega que actualmente muchas mujeres iranís que “buscan una identidad social e islámicas”, se han podido sentir presionadas socialmente para no usar el velo o hiyab.
Algo que el centro remediaría brindando supuestos “servicios psicológicos, de asesoramiento y apoyo” a través de distintas sesiones que se llevaría a cabo en el centro de forma “totalmente confidencial, según la decisión del paciente y en un ambiente sin prejuicios, para que las mujeres puedan expresar sus inquietudes y problemas con confianza y total seguridad mental”, narraba la jefa del Centro de Ordenar el Bien.
Darestani justifica la creación de la clínica por presuntas peticiones de “familias, mujeres y niñas de Teherán” que se sentirían “bajo presión para dejar de usar el hiyab”. Una prenda, que como cabe recordar, es obligatoria por ley en el país islámico.
“Desacreditar a los activistas etiquetándolos de inestables”
El anuncio de la apertura de una clínica con estas características se ha producido tan solo unas semanas después de que una joven iraní fuera detenida en el campus de la Universidad de Teherán, al haberse quedado en ropa interior. Según afirman algunos testigos del incidente, fue increpada por los guardias del campus en un primer momento por no tener bien puesto el velo, por lo que habría decidido desnudarse a modo de protesta.
Desde su detención su paradero sigue siendo desconocido. Al ser preguntados por el suceso, el gobierno iraní afirmo que la joven sufre “problemas mentales”, mientras que desde la universidad, sostienen que ha sido enviada a un hospital psiquiátrico. Unas afirmaciones que preocupan a las organizaciones de defensa de los derechos humanos.
El director del Center for Human Rights in Iran (CHRI), ha asegurado: “El traslado de personas que participan en protestas pacíficas a hospitales psiquiátricos no solo constituye un acto de detención arbitraria, sino también una forma de secuestro. Esta práctica es una maniobra manifiestamente ilegal para desacreditar a los activistas, etiquetándolos de mentalmente inestables”.
Una forma de protesta
Lo cierto es que en los últimos años, muchas jóvenes iranís han optado por dejar de llevar el velo islámico, como forma de desobediencia civil, tras la muerte de Mahsa Amini.
Amini fue detenida en 2022, por no llevar bien puesto el hiyab, y poco después falleció mientras permanecía en custodia policial, provocando así fuertes protestas en el país.
Desde entonces, las autoridades iraníes han aumentado la presión para reimponer el uso de velo, aplicando castigos que van desde la confiscación de vehículos, al regreso de la conocida como ‘Policía de la moral’. En 2023, según recoge la agencia de noticias EFE, el Parlamento de Irán aprobó una ley que permanece a la espera de ser promulgada por el presidente del país, el reformista Masud Pezeshkian, y que establece nuevos castigos para las mujeres que no cumplan con el estricto código de vestimenta del país. La norma contempla condenas de hasta cinco años de cárcel, en caso de reincidencia, multas de hasta 2.000 dólares, e incluso, la prohibición de viajar.