Marzieh Afkham, nueva embajadora, se subió al carro triunfante de la revolución islamista, para terminar convirtiéndose en portavoz oficial de la diplomacia nacional del Estado islámico iraní.
Hillary Clinton y Ana Palacio deben tomar buena nota: Teherán se propone lanzar la moda de la embajadora y diplomática musulmana luciendo esplendidos velos de negro azabache islámico.
Se presta al gobierno iraní la intención de nombrar embajadora a Marzieh Afkham, que se ha ganado una justa fama como portavoz oficial del ministerio iraní de Asuntos exteriores luciendo una toca del más pulcro velo islámico, para mejor interpretar con precisión los laberintos diplomáticos de la Ley y el rigor islámico.
Marzieh Afkham ya fue embajadora del Shah de Persia en Dinamarca, en los primeros años 70 del siglo pasado. Por aquellos años, el velo islámico parecía algo peregrino, de un arcaico subido. Marzieh Afkham se subió al carro triunfante de la revolución islamista, para terminar convirtiéndose en portavoz oficial de la diplomacia nacional del Estado islámico iraní.
Diplomática políglota (habla persa, árabe, inglés y francés), en la mejor tradición imperial persa, asumirá con sus nuevas funciones, así mismo, la tarea publicitaria de la promoción diplomática del velo islámico, allí donde el destino elegido por los ayatolás supremos la instale como vitrina nacional. ¿En el Vaticano? ¿En Washington? ¿En París? ¿En Londres? ¿En Moscú?
Se trata de un matiz diplomático sensible, como olvidarlo. Un icono emblemático, palmario. Desde la Victoria de Samotracia y Las Lanzas, la imagen tiene un puesto capital en las relaciones de fuerza diplomáticas, que Teherán se dispone a utilizar como herramienta simbólica y publicitaria.
Icono mundial
Indira Gandhi fue la primera gran heroína política de un gran Estado no occidental. Siempre lució con mucha gallardía la ropa nacional de su patria / continente. Pero no era musulmana. Fue asesinada por sus guardaespaldas, fanáticos / criminales sijs.
Benazir Bhutto fue la primera mujer que ocupó el cargo de Primer Ministro de un país musulmán. Dirigió Pakistán en dos ocasiones entre los años 1988-90 y 1993-96. Mujer muy bella y carismática, fue una modernista, asesinada el 27 de diciembre de 2007, tras una manifestación de su partido en la ciudad pakistaní de Rawalpindi, dos semanas antes de unas elecciones en las que ella participaba como líder de la oposición de centro izquierda.
Mucho más semejante al de Marzieh Afkham es el caso de Hina Rabbani Khar, ex ministra de Asuntos Exteriores de Pakistán, nacida en el seno de una familia musulmana feudal, en Multan, en el Punjab. Hina ha lucido esplendidos velos musulmanes, con muchos colorines, durante algunos de sus raros viajes a Occidente. Pero su gusto íntimo por el lujo parisino / occidental parece alejarla de la austeridad arcaica del velo islámico tradicional iraní, muy negro azabache, sin concesiones a los detalles comprados en las joyerías neoyorquinas, londinenses o parisinas.
En ocasiones, Hina Rabbani Khar ha encarnado el símbolo de una vaga «apertura» de Pakistán a Occidente. Sus gafas Chanel, sus bolsos Vuitton, sus sedas italianas, eran «guiños» y símbolos de la sensibilidad «¿occidental?» de la hija de una gran familia feudal musulmana.
Los ayatolás iraníes quieren otra cosa, que debiera encarnar Marzieh Afkham, cuyos velos islámicos, en Teherán, han dejado poco margen al esnobismo cosmopolita de los lujos occidentales. Ella está llamada a encarnar la nueva versión / moda de un velo islámico iraní desplegando sus sedas negro azabache por las cancillerías occidentales. Espectáculo de un erotismo gélido, con palmaria vocación imperial.