Al menos 32 cuerpos fueron identificados y varios fueron enterrados este viernes, antes del Shabat, según manda la tradición.
Hasta la tarde de este viernes, unos 32 cadáveres fueron reconocidos por allegados o familiares tras la avalancha del jueves que causó casi medio centenar de muertos en la festividad judía de Lag Baomer en Galilea, en el norte de Israel. Al menos 45 personas murieron, por aplastamiento y asfixia, y más de 150 resultaron heridas tras una avalancha humana en el Monte Meron, en Galilea, que se ha convertido en una de las mayores tragedias que ha visto el Estado judío. Mientras el país despedía a los muertos, crecían las críticas sobre la pobre organización de la fiesta y las posibles negligencias.
Según los reportes, ya fueron enterrados esta tarde antes del Shabat (día de descanso judío), que comienza con el atardecer, 32 cuerpos. Las familias de los fallecidos religiosos ortodoxos querían enterrar los cuerpos cuanto antes, según marca la tradición judía, pero el proceso de identificación fue lento al ser “complicado y sensible”, indicó el Instituto de Medicina Legal de Israel, encargado de llevar a cabo las tareas de reconocimiento.
Según el Ministerio de Salud, el proceso implica detectar las huellas dactilares o las pruebas de ADN de las víctimas para compararlas con los cuerpos. La identificación de los cadáveres que quedan seguirá el sábdo por la tarde, tras acabarse el Shabat.
Entre los fallecidos hay menores de edad y también extranjeros: según el Canal 12, citado por el portal Aurora, se han identificado a un joven argentino y al menos a cinco estadounidenses.
El joven Abraham Daniel Embón, de 21 años, confirmaron desde la embajada argentina en Israel. El joven estudiaba en la escuela de estudios religiosos Yeshivá Heichal Yitzjak, en Jerusalén, y era hijo del rabino David Embón de la comunidad Suca David, de Buenos Aires. Aún no se sabía cuándo se llevará a cabo su sepultura.
La Cancillería argentina lamentó la muerte del chico, expresó sus condolencias al Estado de Israel por los fallecidos en esta “tragedia” y deseó la recuperación pronta de los más de 150 heridos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hablócon el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y le trasladó sus condolencias por el trágico suceso.
En una declaración remitida por la Casa Blanca, Biden explicó que ha ordenado a su equipo que ofrezca al Gobierno de Israel toda la asistencia que necesite tras este suceso.
Líderes de muchos países de la comunidad internacional mostraron su pesar a las autoridades israelíes. Entre otros, el rey de Jordania, Abdallah II, o el rey de España, Felipe VI, expresaron sus condolencias al presidente del Estado de Israel, Reuvén Rivlin. Este también fue contactado por su homólogo palestino, Mahmud Abbás.
“Estamos orando por las víctimas y esperamos la recuperación de los heridos”, deseó Abbás en una carta enviada a Rivlin.
La consternación en toda Israel por la trágica estampida derivó en gestos de solidaridad que se tradujeron en largas filas de personas para donar sangre en todo el país. Los residentes de localidades árabes de alrededor del Monte Merón también abrieron sus hogares a miembros de los equipos de rescate o evacuados, según la prensa.
Israel no vivía una tragedia de tal magnitud desde 2010, cuando un incendio forestal acabó con la vida de más de 40 personas.
Las críticas a la falta de medidas de seguridad no tardaron. El portal Ynet señaló que” Israel fue advertido hace más de una década de los peligros del monte Meron”. El gobierno ignoró repetidamente los informes oficiales de que la tumba del sabio del siglo II, donde los judíos ortodoxos se reúnen para las festividades anuales de Lag BaOmer, había sido descuidada durante mucho tiempo y las estructuras construidas a su alrededor suponían un riesgo para la seguridad, reseña el medio israelí.