Conte afirma que el «bloqueo total no tiene ya sentido, no se puede tener prisioneros a diez millones de lombardos por veintidós mil infectados».
El virus se ha debilitado y permite a Italia volver a unirse; es decir, desde el 3 de junio se podrá circular libremente entre todas las regiones. Se reabren también las fronteras para todos los países del área Schengen, sin necesidad de que se deba hacer cuarentena. Incluso Lombardía, la región más afectada por el coronavirus, con 16.012 muertos, la mitad de todo el país (32.29 hasta el viernes), podrá reabrir sus confines, para entrar y salir. Los científicos del comité que asesora al gobierno se mostraron recelosos y algunos poco conformes con la reapertura de Lombardía, porque en esta región hay 22.000 contagiados curándose en sus casas (en todo el país los aislados en domicilios son 38.606).
El viernes, los nuevos infectados en Lombardía fueron 382, el 70% de los casos nacionales. Pero el primer ministro, Giuseppe Conte, consideró que era inútil aplazar la reapertura total interregional: «El bloqueo total no tiene ya sentido, no se puede tener prisioneros a diez millones de lombardos por veintidós mil infectados, que representan el 0,2 por 100». Giuseppe Conte ha tenido en cuenta la urgente necesidad de relanzar la economía y el sector del turismo, el más castigado, sin olvidar los aspectos sanitarios. Decisiva ha sido la alarma lanzada este viernes por el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco: «Se corre el riesgo de que el Producto Interior Bruto (PIB) caiga al 13 %, sirve un pacto social entre gobierno, empresas, sindicatos e instituciones».
Un confinamiento eficaz
La decisión de la reapertura total interregional y de las fronteras se ha adoptado tras valorar los datos del ministerio de Sanidad, que no señalan situaciones críticas en ninguna región: El índice de transmisión del contagio (RT) es inferior a 1, es decir, bajo el nivel de alarma en todo el país. Se ha podido comprobar que tras la reapertura de prácticamente todas las actividades el pasado 18 de mayo, no ha habido un incremento de la curva epidémica, que ni siquiera se ha visto afectada por la movida desencadenada en muchas ciudades italianas, un clima de fiesta en bares, a menudo sin respetar la distancia social y sin mascarilla, que creó alarma. Pero se ha comprobado que el confinamiento de casi tres meses ha sido eficaz y el próximo miércoles habrá libertad total, con respeto de la distancia de seguridad interpersonal, la mascarilla y prohibición de formar grupos. Algunas presidentes de las regiones del sur, como Apulia, Campania, además del Lazio y las islas, Sicilia y Cerdeña, muestran temores por la llegada de italianos de algunas regiones del norte con más contagiados. El ministro de Sanidad, Roberto Speranza, ha garantizado que el sistema sanitario está en grado de actuar si resurgen nuevos focos, con posibilidad de establecer alguna zona roja limitada. Además, permanece el compromiso de reforzar los sistemas sanitarios ante un eventual crecimiento de los contagios en otoño.
Los expertos se dividen
A propósito de una eventual ola del coronavirus después del verano, los expertos se dividen. El presidente del Instituto Superior de Sanidad (ISS), Silvio Brusaferro, se muestra seguro: «Para los escenarios que imaginamos, en otoño, una patología como Sars-cov-2, que se transmite por gotitas de saliva, puede propagarse más y confundirse con otros síntomas respiratorios. La famosa hipótesis de la segunda ola –añadió el profesor Brusaferro- está conectada a esto, que, desde un punto de vista técnico-científico, es un dato objetivo: En otoño, las infecciones respiratorias se extienden, se reducen las horas de sol y actividades al aire libre y aumenta la circulación». Mientras, el presidente ISS está convencido de que nos tenemos que «preparar para la llegada de la nueva ola que se difundirá muy rápidamente», en cambio, la famosa viróloga italiana Ilaria Capua, directora del One Health Center de la Universidad de Florida, se muestra optimista: «Os garantizo que si continuamos a observar algunos comportamientos –distancia, mascarilla, higiene- la segunda ola del coronavirus podría no llegar», afirmó la virolota Capua, cuya presencia es habitual en la televisión italiana.
Por el momento, la realidad es que el coronavirus se aleja y se debilita, algo en lo que coinciden muchos expertos. El profesor Giuseppe Remuzzi, director del Instituto de investigaciones farmacológicas Mario Negri de Milán, aporta datos concretos: «Hemos pasado de 80 a 120 hospitalizaciones por día, todas con grandes dificultades respiratorias, a cero recién llegados para Covid-19 en hospitales. La forma en que se manifiesta el coronavirus ha cambiado. Tal vez nos enfrentamos a una reducción en la carga viral. Cuando es muy alto, la enfermedad suele ser grave. Ahora ya no sucede, al menos no como antes», explica el profesor Remuzzi al Corriere.
Por su parte, Francesco Le Foche, jefe del departamento de enfermedades infecciosas del Policlínico Umberto I de Roma afirma que si la evolución de la epidemia sigue como en las últimas semanas, pronto llegará la normalidad: «El virus está perdiendo fuerza, dentro de no mucho podremos volver a la vida más o menos normal, a nuestra vida social, si este virus se comporta como indica la historia de los coronavirus; no creo que tendremos que restringir mucho nuestra libertad y nuestra autonomía».