También el domingo y lunes acudirán a las urnas los ciudadanos de siete regiones. En Toscana, siempre gobernada por la izquierda, el PD y el Gobierno se juegan el futuro.
Los italianos irán a las urnas el próximo domingo y lunes en siete regiones italianas, cuyo resultado puede condicionar la agenda política de los próximos meses. Los comicios fueron pospuestos a causa de la pandemia. Además, también los próximos 20 y 21 se votará en referéndum una ley aprobada ya en el Parlamento por una gran mayoría para reducir el número de parlamentarios en un 36 %. La Cámara de diputados, que tiene 630 escaños, sufrirá un recorte de 230; mientras el Senado pasaría de 315 a 115. Se da por hecho que triunfará el «sí», el voto favorable al recorte de parlamentarios. El principal impulsor de la ley fue el Movimiento 5 Estrellas (M5E), y por ello puede ser el partido que más beneficio político obtenga. Pero todo dependerá de la afluencia. En años pasados, el M5E tuvo gran capacidad para movilizar a los ciudadanos contra la llamada «casta» política. Pero hoy los grillini son también «casta» y han perdido la mitad de su electorado.
El referéndum ha originado un gran debate político. Los partidarios del «no» han aumentado en las últimas semanas, pero no se cree que lograrán una remontada para ganar la consulta. En general, la mayoría de los expertos considera que es necesaria una reforma del Parlamento, pero son muchos los que argumentan que debería estar acompañada de otras reformas y no limitarse a un simple recorte de los parlamentarios. El debate ha dividido incluso a destacados miembros del mismo partido o tendencia política. Mientras el líder del Partido Democrático, Nicola Zingaretti, ha pedido un voto afirmativo, para no desestabilizar la coalición de gobierno, muchos miembros destacados del PD votarán «no», como es el caso del exprimer ministro, Enrico Letta: «Voto Sí. Siempre propuse y apoyé reformas constitucionales que conllevaban la reducción de parlamentarios. Durante decenios solamente han trabajado dos terceras partes de los parlamentarios, el resto se ocupaba de los partidos», ha declarado hoy Letta al «Fatto». En cambio, es muy llamativa la posición del ex primer ministro y expresidente de la Comisión europea, Romano Prodi, fundador del Olivo, que votará «no»: «Un voto negativo es más útil –ha escrito Prodi-, para no pensar que la disminución del número de parlamentarios constituye una reforma tan importante que las demás que deberían producirse no tienen ya que realizarse».
Toscana, la madre de todas las batallas
Al mismo tiempo que se vota el referéndum en todo el país, siete millones y medio de personas están llamados a las urnas en Toscana, Apulia, Véneto, Liguria, Campania, Las Marcas y Valle d’Aosta. Las encuestas indican que habrá una amplia confirmación de la derecha como poder regional. La clave de estas elecciones está en Toscana y Apulia, hoy con presidentes de izquierda y cuyo resultado es muy incierto.
La madre de todas las batallas está en Toscana, la región roja por excelencia gobernada siempre por la izquierda, seguramente el «brand» o la marca italiana más reconocida en el mundo. Aquí se juegan incluso buena parte de su futuro político Matteo Salvini, líder de la Liga, y Nicola Zingaretti, secretario del partido Democrático. La última encuesta realizada por Winpoll-Cise –no se pueden hacer sondeos en las dos semanas previas a la fecha electoral- daba un sustancial empate entre el candidato del centroizquierda, Eugenio Giani (43 %), del Partido Democrático (PD), y la candidata del centro derecha Susanna Ceccardi (42,5 %), de la Liga. Muy lejos queda el tercer candidato, Irene Galleti (8,3 %) del Movimiento 5 Estrellas.
Una candidata populista
Entre los candidatos de Toscana, Susanna Ceccardi, 33 años, eurodiputada, juega con la ventaja de ser la más popular. Fue alcaldesa de Cascina, municipio de 43.000 habitantes, de la provincia de Pisa, donde adoptó decisiones que la hicieron muy popular, hasta el punto de ser conocida como la «pasionaria» de la Liga, mientras Salvini la llama su «leonessa». Ceccardi fue la primera alcaldesa de la Liga elegida en Toscana, enarbolando la bandera de la seguridad y contra la inmigración. Tres años estuvo como regidora, adquiriendo incluso relevancia nacional al oponerse con firmeza a la construcción de una mezquita en Pisa.
En mayo de 2017, Susanna Ceccardi se hizo filmar en un polígono de tiro, donde había ido a practicar y entrenarse. Aprovechó la oportunidad para reafirmar la posición sobre la legítima defensa, uno de los ejes de su modelo de gobierno y de la Liga: «La defensa es siempre legítima. Pero si no aprendes a disparar, cualquier ley es inútil», escribió en Facebook. Coherente con esta línea, Ceccardi repartió gratis a las mujeres de su municipio spray con gas pimienta y organizó cursos de autodefensa financiados por el ayuntamiento: «Las mujeres deben levantar la cabeza y estar preparadas para defenderse de un ladrón, un atacante o un marido violento», explicó la entonces alcaldesa Ceccardi. Durante el confinamiento, fue noticia nacional su iniciativa de ir a Barcelona en autobús, para recoger a los 50 italianos bloqueados en España, sin esperar las disposiciones de la Unidad de Crisis del ministerio italiano de Asuntos Exteriores. Ceccardi se declara ahora heredera de las antiguas buenas administraciones de Toscana.
El PD y el Gobierno se juegan el futuro
Frente a la populista Ceccardi, el centroizquierda ha colocado como candidato a un abogado y político de vieja escuela, Eugenio Giani, 61 años, un hombre tranquilo, que mantiene siempre el aplomo e intenta dar valor a su gran experiencia en los pasillos de la política toscana, con diversos cargos regionales. Giani fue elegido concejal en el ayuntamiento de Florencia a los 31 años, en 1990, cuando Susanna Ceccardi tenía tres años. A Giani no le ayuda la crisis económica, que se refleja dramáticamente en la capital de la región, Florencia, sin turistas extranjeros.
Si Susanna Ceccardi pierde en Toscana, el líder de la Liga, el «Capitano», como llaman a Salvini sus seguidores, podría ser oscurecido por el presidente del Véneto, Luca Zaia, que arrasará en estos comicios en su región, alcanzando más del 60% de votos, según las encuestas.
Para el Partido Democrático, una eventual derrota sería dramática, y quizás con repercusiones para el Gobierno. Tendría un valor político y simbólico enorme. Sin duda, sería muy cuestionado el liderazgo de Zingaretti en el PD. Salvini podría pedir la dimisión del gobierno y elecciones anticipadas. Pero ese terremoto de un adelanto electoral no se producirá. Con la pandemia y una grave crisis económica, lo más probable es que el gobierno Conte continue gestionando la salida de la crisis y administrando los 209.000 millones de euros del Fondo de Recuperación de la Unión Europea.