Tras el seísmo, que no ha provocado víctimas ni daños significativos, han llegado a la costa olas de como máximo 1,4 metros.
Un terremoto de magnitud 7,4 sacudió en la madrugada del martes el noreste de Japón, la misma zona que quedó devastada en marzo de 2011 tras un potente sismo y posterior tsunami. Las autoridades activaron de inmediato la alerta por olas gigantes y pidieron a los ciudadanos de la prefectura de Fukushima y otras tres regiones que abandonaran la costa y se refugiaran en zonas elevadas. Pero tras la alarma inicial, el Gobierno rebajó la alerta e informó que no hay víctimas ni se han producido daños significativos.
El sismo, cuyo hipocentro se ha localizado a 10 kilómetros de profundidad en la costa de Fukushima -a unos 200 kilómetros de Tokio- se ha producido a las 05.59 hora local (21.59 hora peninsular española). El Servicio Geológico de EE. UU. ha detallado que se ha producido 67 kilómetros al noreste de la localidad de Iwaki, en la prefectura de Fukushima. Es la primera vez desde julio de 2014 que Japón registra un terremoto de tal magnitud.
Tras el sismo, las autoridades activaron la alerta de tsunami por olas que podrían alcanzar los tres metros en las prefecturas de Fukushima, Iwate, Miyagi e Ibaraki. Sin embargo, finalmente se registraron olas de como máximo 1,4 metros en la ciudad portuaria de Sendai, mientras que en otras áreas en riesgo alcanzaron los 90 centímetros, según la Agencia Meteorológica de Japón. Unas tres horas después se rebajó la alerta y se avisó de oleaje de entre 20 centímetros y un metro, y a las 12.50 hora local se desactivó.
A pesar de la potencia del terremoto, el portavoz del Gobierno, Yoshihide Suga, ha asegurado que no ha habido víctimas ni se han registrado daños significativos, informa la agencia Kyodo. Por el momento hay constancia solamente de una decena de personas que han sufrido heridas leves.
Para algunos de los residentes de la zona, sin embargo, el temblor hizo revivir el trágico episodio de 2011, cuando un terremoto de magnitud 9 en las aguas del pacífico provocó un tsunami que asoló la costa nororiental del país, causando alrededor de 18.500 muertes. “(El sismo) fue enorme y duró mucho tiempo. El suelo sigue temblando y estoy muy asustada. Pero mi preocupación es el estado de la central nuclear”, explicó Akemi Anzai, vecina de la ciudad de Minamisoma -cercana a las instalaciones nucleares de Fukushima- a la agencia AFP.
Según el operador TEPCO, las centrales nucleares de la zona no registraron incidencias graves y funcionan con normalidad. Solamente Fukushima 2 vio paralizado el sistema de refrigeración de un almacén de combustible de forma momentánea por el terremoto, pero se reactivó sin problemas usando un sistema alternativo. En 2011, la central Fukushima 1 fue asolada por el tsunami y provocó una de las peores crisis nucleares de la historia. En estas instalaciones, donde las tareas de descontaminación continúan, llegó esta mañana una ola de aproximadamente un metro de altura que no provocó daños adicionales.
Las autoridades insisten en que la población debe permanecer alejada de la costa hasta que se levante el aviso de tsunami de forma total. El ministro portavoz del Gobierno ha asegurado que el proceso de evacuación se ha llevado a cabo de manera adecuada y ha pedido a los afectados que sigan de cerca la información. “He dado las instrucciones a los miembros de mi gabinete en Tokio para que recaben la información necesaria y aseguren absolutamente la seguridad”, ha afirmado el primer ministro japonés, Shinzo Abe, a los periodistas en Buenos Aires, donde se encuentra de viaje oficial.
Los servicios de tren del este del país han quedado parcialmente suspendidos tras el seísmo, y medios de comunicación japoneses han informado de un incendio en un complejo petrolero en la localidad de Iwaki que ya ha sido extinguido.