El sucesor de Édouard Philippe fue secretario general adjunto del Elíseo bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy y ejercía como alcalde desde 2008 de la localidad pirenaica de Prades cuando le llamaron para organizar la vuelta progresiva de Francia a la normalidad tras la crisis del coronavirus.
El hombre que asume el nuevo liderazgo del Ejecutivo francés, Jean Castex, saltó a la esfera nacional como gestor de la desescalada del confinamiento y con su nombramiento el presidente, Emmanuel Macron, apoya en un alto funcionario conservador la recta final de su mandato.
El sucesor de Édouard Philippe, de 55 años, fue secretario general adjunto del Elíseo bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy y ejercía como alcalde desde 2008 de la localidad pirenaica de Prades cuando le llamaron para organizar la vuelta progresiva de Francia a la normalidad tras la crisis del coronavirus.
En ese pequeño municipio de la Cataluña francesa, a unos 20 kilómetros de la frontera española, fue reelegido el pasado 15 de marzo, en la primera vuelta de las elecciones municipales, con más del 75% de los votos.
Pero hasta ese 2 de abril en el que fue reclamado por Philippe, este “servidor del Estado”, tal y como le gusta definirse, era prácticamente un desconocido en el país que superó con éxito una tarea en la que orquestó desde la vuelta a clase hasta la apertura de comercios y restaurantes.
Defensor de una desescalada progresiva
Castex, nativo de Gers, cerca de Toulouse, fue partidario de un enfoque global y progresivo que combinara la necesaria reactivación de la economía con las exigencias sanitarias requeridas para evitar la expansión de la pandemia, que en Francia se ha cobrado ya más de 29.800 vidas.
Su gestión de la desescalada le acercó a Macron, que ahora confía en él para dar un giro social y ecológico a su política de cara a las presidenciales de 2022.
Castex conoce bien los asuntos sociales: fue director de Hospitalización y Organización de Cuidados en el Ministerio de Sanidad de 2005 a 2006 y director de gabinete del ahora exministro Xavier Bertrand, primero en el Ministerio de Sanidad (2006-2007) y luego en el de Trabajo (2007-2008).
Como otros altos cargos del país, estudió en la prestigiosa Escuela Nacional de la Administración (ENA), vivero de las élites nacionales al que llegó tras pasar por la parisina Universidad de Sciences Po.
El nuevo primer ministro de Francia asume el cargo precedido por una buena reputación tanto por políticos de derechas como de izquierdas: “Sus cualidades de servidor del Estado serán indispensables en los momentos difíciles que nos esperan”, dijo este viernes Bertrand.
Un perfil gestor
Macron elige un perfil más gestor que político, que hasta principios de este año era delegado interministerial para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2024 y presidente de la Agencia Nacional del Deporte.
Integrante del partido conservador Los Republicanos, Castex, padre de cuatro hijas, sostuvo en 2012 la candidatura del ex primer ministro François Fillon a la presidencia de la entonces Unión por un Movimiento Popular (UMP) y no esconde su orientación política: “Soy de derechas y lo asumo completamente”, ha dicho en el pasado.
Nunca había ejercido en la primera línea política, pero su nombre circuló hace dos años como posible ministro de Interior en sustitución de Gérard Collomb, un puesto que recayó finalmente en Christophe Castaner.
A Castex se le reconoce un discurso franco y directo, pero también ser una persona simpática y empática y tener muchos contactos. Su tarea inmediata es la formación de su Gobierno y dispone de plazo hasta el miércoles, fecha del próximo Consejo de Ministros.