El papa mandó desde Morelia un mensaje a los jóvenes mexicanos que pueden ser tentados por el dinero fácil o por el narcotráfico: “Jesús nunca nos invitaría a ser sicarios, sino que nos llama discípulos”.
“Jesús nunca nos invitaría a ser sicarios, sino que nos llama discípulos. Él nunca nos mandaría al muere, sino que todo en él es invitación a la vida. Una vida en familia, una vida en comunidad; una familia y una comunidad a favor de la sociedad”, les dijo el Papa Francisco, Jorge Bergoglio, a los jóvenes.
Francisco celebró el martes (16.2.2016) en el estadio José María Morelos y Pavón de Morelia, la capital del estado de Michoacán, un encuentro multitudinario, con cerca 100.000 jóvenes, en la cuarta jornada de su viaje a México.
Con un lenguaje directo y coloquial, el pontífice argentino los animó a no caer en las tentaciones del dinero fácil que llega del narcotráfico o de la criminalidad. “Es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar destrucción y muerte”, les aseguró.
El Papa invitó a los jóvenes a valorarse
“Es mentira que la única forma que tienen de vivir los jóvenes aquí es en la pobreza y en la marginación”, agregó. Y los invitó a seguir a Jesús, porque “es Jesucristo el que desmiente todos los intentos de hacerlos inútiles, o meros mercenarios de ambiciones ajenas”.
A los jóvenes, el Papa les dio varios consejos: “No se puede vivir la esperanza, sentir el mañana, si primero uno no logra valorarse, si no logra sentir que su vida, sus manos, su historia valen la pena”. Y los invitó a valorarse porque lo peor para perder la esperanza “es cuando sentís que no le importas a nadie o que estás dejado de lado” o cuando “sentís que da lo mismo que estés o que no estés”. “Eso mata, eso nos aniquila y es puerta de ingreso a tanto dolor”, recalcó.
Les advirtió de la amenaza de creer “que empiezas a ser valioso cuando te disfrazas de ropas, marcas, del último grito de la moda, o cuando te vuelves prestigio, importante por tener dinero pero, en el fondo, tu corazón no cree que seas digno de cariño, digno de amor”. “La principal amenaza es cuando uno siente que tiene que tener plata para comprar todo, incluso el cariño de los demás”, así como “creer que por tener un gran carro sois feliz”, continuó.
“Ustedes son la riqueza de México”
Francisco comenzó recordando su primer discurso en México, cuando ante el presidente Enrique Peña Nieto les dijo que eran “la riqueza de este país”. Pero admitió que es difícil “sentirse la riqueza (del país) cuando nos vemos expuestos continuamente a la pérdida de amigos o de familiares en manos del narcotráfico, de las drogas, de organizaciones criminales que siembran el terror”.
“Es difícil sentirse la riqueza de una nación cuando no se tienen oportunidades de trabajo digno, posibilidades de estudio y capacitación, cuando no se sienten reconocidos los derechos que terminan impulsándolos a situaciones límites”, les dijo.
Pero, pese a todo, “no me voy a cansar de decirlo: ustedes son la riqueza de México”, agregó. Para concluir, el papa les comentó que si siguen sus consejos “no tendrán el último carro en la puerta, no tendrán los bolsillos llenos de plata, pero tendrán algo que nadie nunca podrá sacarles, que es la experiencia de sentirse amados, abrazados y acompañados”.