El ex titular de la Auditoría General de la Nación (AGN) habló en la 99.9 sobre las distintas auditorías que se llevan adelante a las Universidades Nacionales y destacó que la SIGEN es la encargada de hacer un seguimiento constante.
En medio del cuestionamiento a las Universidades por la manera en la que se gasta el dinero público y la posibilidad de tener una auditoría seria de lo que está sucediendo en ese sentido, el ex Presidente de la Auditoría General de la Nación (AGN), Jesús Rodríguez, habló en la 99.9 haciendo algunas aclaraciones importantes.
En principio, señaló que desde su óptica: “está claro que hubo por parte de la administración un intento de asfixia a las Universidades Nacionales con objetivos fiscales ciertos, pero también con alguna vocación política de disciplinar a un actor social muy importante. Definitivamente los recursos de las Universidades deben ser auditados, es saludable que así sea”.
En la actualidad hay dos mecanismos de auditoría que son los que se llevan adelante y cabe diferenciarlas: “la Auditoría General de la Nación lleva a cabo auditorías posteriores, resultados de un análisis de riesgo de las distintas jurisdicciones del gasto público. La SIGEN, en tanto, tiene índices permanentes y es lo que está debilitado hoy. La AGN hace casi dos auditorías de Universidades Nacionales por año. Creo que son suficientes, porque son en función de matriz de riesgo y muestreo”.
Para auditar un organismo en especial, se respeta todo un proceso específico: “es resultado de la utilización de una matriz de riesgo que tiene en cuenta 12 variables para salir de la discrecionalidad. La forma de auditarla es con los últimos estándares internacionales, una vez terminada se formulan los hallazgos y las eventuales recomendaciones que se deriva al organismo auditado para que haga los descargos. Eso puede llevar o no, alguna rectificación, pero por lo general no hay. Luego se hace público el informe y se remite al Congreso de la Nación”.
Por último, Rodríguez señaló que hay mecanismos que no funcionan de la manera correcta en Argentina y es un problema vinculado a la calidad institucional: “el ecosistema de control de Argentina no está funcionando de manera óptima. El gasto público debe ser resultado de un presupuesto que es una autorización a gastar que hace el Congreso. Desgraciadamante esta administración repitió los pasos del anterior gobierno que es gobernar sin presupuesto. Eso es un problema severo porque habilita la discrecionalidad plena, eso está definitivamente mal. La solución de los problemas de Argentina comienza con la calidad institucional que nos ha faltado”.