El periodista de Las Provincias habló en la 99.9 sobre la situación y los estados de ánimo en Valencia a dos semanas de la DANA.
La situación en Valencia sigue siendo delicada en medio de una disputa política para saber quien fue responsable, pero sin que nadie asuma culpabilidades propias, sino señalando siempre a los demás.
Ante una situación tan triste y dolorosa como la que atraviesan los valencianos, esto resulta ofensivo. El periodista del Periódico “Las Provincias” de Valencia, Jorge Alacid habló en la 99.9 sobre la situación actual y señaló que “mañana se cumplen dos semanas desde la DANA y la evolución de los acontecimientos sigue activada en tres puntos: la reconstrucción del paisaje arrasado, municipios completamente devastados, con imágenes más propias del final de la Segunda Guerra Mundial, que es la imagen que trasladan quienes han estado allí, que es la que todos conocemos más o menos de documentales y películas; por otro lado, la respuesta solidaria magnífica del voluntariado que está llegando donde no llegan las fuerzas de emergencia, que siguen empleadas sobre el terreno, con más buena voluntad seguramente, que organización, que sigue brillando por su ausencia. Hay una tercera vertiente que tiene que ver con el otro fango, el fango de la política, del que no terminamos de levantarnos. Un cruce diario de acusaciones, endosando la responsabilidad de una administración a otra. Lo único que refleja, a mi juicio, es que lamentablemente la conclusión más dramática es que nadie estuvo a la altura, ni las autoridades autonómicas, pero tampoco las nacionales”.
Todos se quejan pero nadie se hace cargo de la realidad y es algo que no sólo el valenciano, sino los españoles en general están percibiendo: “no queremos dejar de resaltar el trabajo magnífico del vecindario con sus alcaldes y alcaldesas en primera línea de combate para ponerse de nuevo en pie, que es una estrofa del himno de Valencia que viene siendo utilizada recurrentemente por su alto poder simbólico para explicar este proceso de reconstrucción en el que estamos. Lo que escuchamos es una polifonía de reproches, críticas de unos responsables políticos a otros, que tiene también un componente desolador. En medio de este paisaje tan devastado, tan dramático, observar estas contingencias de la política, pues no sirven precisamente para arrojar la luz que metafóricamente necesitamos”, remarcó Alacid.
Para el periodista español también hay una responsabilidad por el crecimiento indiscriminados de las poblaciones sin ningún tipo de control que lleva a situaciones de este tipo, porque todo lo sucedido se podría haber evitado: “el abandono en el que están sumidos estas poblaciones del cinturón metropolitano de Valencia, que están al lado mismo de la ciudad, separadas por el nuevo canal que se hizo para desviar el río Turia en la triada del 57. Antes cruzaba Valencia por el centro y se desvió con ocasión de aquella catástrofe que tiene muchas semejanzas con la actual, pero que tiene un elemento que lo hace diferencial. Las consecuencias de aquella riada eran esperables en la España de hace casi un siglo. Las de ahora son impropias de un país civilizado del occidente mundial que vive en el 2024 y sólo se explican por una concatenación de fallos injustificables de los que aún no tenemos noticia de quién falló. La sensación que tenemos es que falló todo el mundo. Todo se aumentó exponencialmente, se multiplicaron los efectos de la riada por el urbanismo tan atroz en el que todos estos municipios, los más afectados, los que viven en la zona cero, llevan sufriendo desde hace muchas décadas de abandono, de ignorancia por parte de las autoridades, han vivido un poco al margen de la realidad que por el contrario, opera en otras zonas de Valencia. Son 200 muertos que se podrían haber evitado. Yo no dejo de pensar en eso, 200 muertes evitables. Tal vez podría haberse pensado en un número inferior de víctimas, porque el azar opera muchas veces en contra de las previsiones humanas, eso es inevitable. Pero la cifra de 200 y pico muertos que llevamos es inexplicable en el siglo en que vivimos, en el territorio en el que estamos”.