El economista e investigador de IDESA; Jorge Colina, explicó las consecuencias que puede tener la aplicación de un bono de fin de año en la economía argentina: “el punto pasa por la estructura del mercado laboral de Argentina donde sólo la mitad de los trabajadores son asalariados y el resto son informales o cuentapropistas”.
La discusión por la entrega del bono de fin de año, ha llevado a distintas posturas al respecto. Entre ellas aparece el estudio que realizó IDESA en Córdoba donde se explica como una medida discriminatoria que además genera más pobreza.
Así lo explicó Jorge Colina en la 99.9: “el efecto sería empeorar la situación de la gente que menos tiene. El punto pasa por la estructura del mercado laboral de Argentina donde sólo la mitad de los trabajadores son asalariados y el resto son informales o cuentapropistas. Cuando se adoptan estas medidas, lo único que se hace es beneficiar a la mitad de los ocupados”.
El problema se genera cuando este tipo de medidas se terminan trasladando a los precios y afectando a quienes no cobrarán el bono: “esto aumenta los costos laborales, se traslada a precios y la mitad que no recibe el bono, no tiene ningún beneficio y tiene que pagar el costo del bono. Estos beneficios perjudican a la gente de menores ingresos”, agregó.
La salida, según IDESA, pasa por genera mayor trabajo en blanco para que estos parches no existan: “los sindicatos, las empresas y las autoridades deberían juntarse a pensar políticas para reducir la infomalidad. Lo que queda pendiente en la agenda es que esa mitad informal se pueda incorporar en la formalidad para tener un mercado laboral más integrado”.
Hoy pareciera que todos los argentinos pretenden irse hacia Chile para comprar porque los precios son más baratos. Muchos le atribuyen esa diferencia al atraso cambiario, pero Colina aclaró que no es así: “el mayor costo argentino respecto de Chile, por ejemplo, está dado por la presión impositiva que es exageradamente alta y también la falta de infraestructura. Es más fácil llegar a Chile que a la Costa Atlántica porque todo funciona mejor. En Argentina es caro producir y es caro consumir, pero no es producto del valor del dólar sino la excesiva presión impositiva y la falta de infraestructura”.
Esa presión impositiva no se traduce en servicios y ese es otro de los grandes problemas. “Cuando uno pone un comercio tiene que pagar impuestos a nivel nacional, provincial y municipal pero ninguno da los servicios necesarios como la policía, por ejemplo. Para ello es necesario discutir la coparticipación, que cobre el impuesto un sólo gobierno y de ahí lo distribuya, no puede ser que existan dos policías y nadie brinde el servicio”, finalizó.