El ex canciller brindó en la 99.9 su análisis respecto de lo sucedido en la Cumbre de la CELAC y agregó que”se generó una división clara entre los Jefes de Estado presentes que sostienen con nitidez la democracia real y genuina y los que están dispuestos a sostener fantochadas de democracia”.
La cumbre de la CELAC ha dejado para nuestro país muchas conclusiones, sobre todo de las posiciones tomadas por los países ante la defensa de la democracia como sistema político.
El ex canciller Jorge Faurie, habló en la 99.9 sobre su lectura de días de mucha actividad política y donde el gobierno nacional demostró una vez más donde está parado: “no fue un buen resultado para el gobierno argentino, principalmente por la reacción de la opinión pública en general ante el impacto negativo que tenía estar recibiendo a dictadores como Maduro, Díaz Canel y Ortega aunque sólo llegó uno de ellos”.
Cada uno de los presidentes presentes pudo dejar en claro en que lado de la vereda está y, el gobierno de Alberto Fernández volvió a ratificar el rumbo que ha tenido desde el principio apoyando a dictadores: “se generó una división clara entre los Jefes de Estado presentes que sostienen con nitidez, más allá de la ideología, la democracia real y genuina y los que están dispuestos a sostener fantochadas de democracia por parte de gobiernos dictatoriales y autoritarios. Lamentablemente Argentina quedó en este último grupo. La mirada de Lacalle Pou, junto con la del presidente Boric que se ubica en la izquierda, demuestra que hay gobernantes con lucidez respecto de como se debe defender la democracia”.
También Faurie destacó la actitud que están tomando los propios pueblos latinoamericanos respecto de sus gobernantes y que genera una necesidad de respuesta: “esta etapa que estamos viviendo empieza a mostrar una aspiración de los pueblos de dividir a los gobiernos entre los que producen resultados y los que están dedicados a los discursos. Los pueblos de América Latina le están pidiendo a sus gobernantes que resuelvan los problemas cotidianos que tienen, no quieren más verso sobre lo que van a hacer. La CELAC es la tribuna excelsa de aquellos que dicen cosas que después no hacen”.