El Secretario General de Capitanes de Pesca se refirió a esta controversia que sigue abierta y donde el gobierno no acciona como debiera.
Desde Capitanes de Pesca hay una preocupación que está presente habitualmente y por eso le dedican espacios específicos para el debate. Se trata de la pesca que se lleva adelante más de allá de la Milla 200 y que abre diversos debates.
Las autoridades toman medidas pero que están aisladas de la realidad como la idea de que las embarcaciones argentinas vayan a pescar a esa zona por fuera el área protegida. El Secretario General del gremio, habló en la 99.9 indicando que “siempre escuchamos que vivimos de espalda al mar pero, integrando la Liga Naval, estamos tratando de traccionar lo que pasa en la milla 201. He escuchado todo tipo de cosas, la mayoría barbaridades planteadas desde un escritorio sin saber lo que es estar en el mar enfrentando la naturaleza”.
Respecto de esa idea de llevar los buques argentinos a pescar a ese lugar, fue muy claro: “ir a la Milla 201 no es ir a la Laguna de los Padres. Estamos denunciando que hay más de 200 o 300 barcos pescando en mar abierto sin ningún tipo de reglamentación y esa es la cuestión, los buques son de mayor tamaño que los nuestros. Es ir al lejano oeste, donde no hay reglas y la flota que está ahí, sin ningún miramiento atacaría a nuestros buques civiles, de trabajadores. La única manera de ir ahí es acompañada por la flota de guerra. Se dicen disparates sin el razonamiento lógico de conocer lo que pasa ahí”.
Tampoco lo considera necesario porque luego, por cuestiones naturales, el recurso se termina trasladando: “el calamar es un recurso transzonal que entra y sale de la zona económica argentina y lo hace en esa latitud en un determinado tiempo, no más de 30 días y luego empieza a navegar hacia el norte ingresando en la zona económica exclusiva. Tampoco es que vamos a salvar la patria, empecemos a cuidar lo que tenemos adentro y después vemos que pasa en el límite”.
En ese sentido, también pidió que el gobierno se involucre de otra forma que no sea solamente cobrar impuestos y generar burocracia constantemente: “los gobiernos son simplemente recaudadores cuando deberían ser parte de este negocio. Tienen que controlar, pero también dejar de aportar burocracia para recaudar. No sólo hay que llenar papeles, sino que hay que tener 5, 8, 10 o 12 millones de dólares para tener un buque y hacerse cargo de la logística y el funcionamiento. Después tiene una tripulación y una estructura. Cuando dejamos la carga en el muelle empieza otro circuito que lo debe sostener la inversión empresaria pero hay una serie de mecanismos que perjudican al sistema”.