El encuestador realizó un trabajo para medir el nivel de apoyo a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y se encontró con que un 60% está en contra de su aprobación.
La discusión sobre el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo vuelve a ser un tema en la agenda de la Argentina en la búsqueda de la aprobación por parte del “sector verde” en el Congreso. Sin embargo, el humor social parece haber cambiado.
Eso se desprende de un trabajo realizado por Jorge Giacobbe (h) donde midió el apoyo en la opinión pública al proyecto con un resultado sorprendente: “ha crecido la posición celeste”, aseguró en la 99.9. Luego abundó: “hace un año y medio o dos años cuando medimos esto estaba en un 50 y 50 o un 45 y 45 y un 10 por ciento que no sabía que opinar. Medido hace poco el 27% está a favor de que se apruebe y el 60% de los argentinos está en contra”.
A pesar de estos datos, la política insiste en continuar con el tratamiento de este proyecto de la misma forma e incluso con una posición más radicalizada. “el sistema político parece ir por el mismo camino, pero lo que cambió enormemente es el clima social y nos preguntamos porqué”.
Ahí es donde, desde su análisis, Giacobbe agrega cuatro posibles elementos en el cambio de opinión: “las razones pueden ser, por un lado, que la situación se partidizó. Ese 27% de promedio que quiere que la ley salga, entre peronistas es 40% y entre kirchneristas es 50%. Cuando uno de los sectores políticos se apropia de la bandera en un gobierno que está golpeado, el resto lo resiste. Hay mucha gente que cree que es un error de agenda plantearlo ahora con las angustias sociales que hay en torno a la pandemia. También puede ser que la discusión se complejizó porque en los últimos dos años de debate empezaron a aparecer muchos detalles y hay mucha gente que la rechaza parcialmente. Por último, lo cambió es el entusiasmo, algo común en los temas de agenda”.
A veces, en las discusiones políticas, cuando un sector cree tener el apoyo masivo de la población, hace un uso excesivo de ese supuesto poder para comenzar con un discurso violento en contra de sus opositores. Para el encuestador, ese es un tema central en el análisis también: “el cambio del tono en la comunicación puede haber ofendido a una parte importante de la población y los celestes que parecían avergonzados en decir lo que pensaban, decidieron salir de entre las cuerdas como los boxeadores, se animaron a expresarse y el péndulo ahora va para el lado del sector celeste”.
El tema podría bien servir de ejemplo para entender porque los argentinos cambian rotundamente de parecer en un corto período de tiempo y en decisiones que ya se han visto en el pasado y la explicación no parecía sencilla: “demuestra que los argentinos pueden girar sobre sus talones y cambiar de opinión. Es una enseñanza para los que hacen política de esta forma. Cuando alguien va ganando en la opinión pública y se empieza a poner violento y quiere patear en el piso a sus rivales momentáneos, la opinión pública le quita el respaldo”.