El ex Secretario de Energía de la Nación habló en la 99.9 sobre la decisión del gobierno de transferir el manejo de las represas hidroeléctricas de ENARSA y señaló que “fue una mala determinación política”.
Luego de la decisión del gobierno nacional de transferir las represas hidroeléctricas a ENARSA; las críticas fueron unánimes porque se trata de un resolución sin sustento alguno y que trata de esconder debajo de la alfombra todo lo que no hicieron a lo largo de los últimos años.
El ex Secretario de Energía de la Nación, Jorge Lapeña fue muy claro en su análisis a través de la 99.9 e indicó que “evidentemente el gobierno tenía planteado el problema desde el primer día que llegó, se sabía que la concesiones vencían y dejaron pasar el tiempo. Se le vinieron lo plazos encima y tomó esta medida que me parece que no está fundamentada desde el punto de vista técnico y económico. Es una decisión de carácter político, pero además, una mala decisión cuando estaba la posibilidad contractual de extender un año la licencia”.
Esto traerá aparejado un problema para la gestión de gobierno que asuma luego de las elecciones del presente año y por allí pasa otra de las sospechas de Lapeña: la intencionalidad. “Estamos en el peor de los momentos con un gobierno que se va, que no le dan los números y que tampoco tiene coherencia en las decisiones que toma. No hay relación con la oposición parlamentaria para generar una idea consensuada que le sirva al que va a ganar y al que va a competir, pero que asegure un futuro posible”, remarcó.
Desde que asumieron, sabiendo que en agosto del 2023 se daban los vencimientos de las concesiones, se podría haber trabajado con tiempo para saber como es la situación actual en las represas: “en estos cuatro años tenían que hacer las auditorías para saber como están las represas, ver si los operadores operaron bien, si son necesarios los mantenimientos para que las centrales sigan funcionando, hacer auditorías de los reclamos que existen entre las partes y pueden dan lugar a juicios internacionales. De acuerdo a ese inventario de problemas a resolver, tomar una decisión política acordada con la oposición parlamentaria”.
Además de una mala decisión, está en medio Energía Argentina (ENARSA) que no es una entidad para nada confiable: “ENARSA es una empresa que en muy pocas ocasiones ha podido tener un éxito. Es infinita la cantidad de emprendimientos que han encarado y han fallado en todos los rubros. El gasoducto del noreste argentino es uno de los fracasos más grandes de todas las construcciones de obras públicas y el atraso en las construcciones del Río Santa Cruz. El estado argentino es incapaz, gastador, prebendario, coptado por la militancia política y las corporaciones. El peronismo en la versión kirchnerista ha vaciado al estado argentino del cumplimiento de sus funciones fundamentales”, concluyó.