El productor e ingeniero agrónomo forma parte de West African Rice Company, una empresa que fue fundada por otro argentino en Sierra Leona y le llevó herramientas a los habitantes de ese país para incrementar los rindes en el cultivo de arroz.
La posibilidad de enseñar a trabajar a las personas que no tienen la oportunidad de aprender un oficio, es algo destacable que permite darles dignidad. Ese trabajo es difícil de hacer en lo cotidiano, pero más aún cuando se realiza en países como Sierra Leona.
El productor argentino Jorge López Menéndez trabaja dentro de un proyecto encabzado por Emiliano Mroue, un joven que algunos años antes había fundado en Sierra Leona la West African Rice Company (WARC) y contó su experiencia a través de la 99.9: “la empresa nació hace 10 años con Emiliano y su primo. Vivía en Europa y se mudó a Sierra Leona para comenzar el proyecto. Él es economista y no sabía nada de agricultura, yo me sumé dos años después. Se me juntó toda la vocación y algo que tengo con ganas de ayudar; todo lo que había estudiado lo puse en marcha ahí”.
El cambio de paradigma es darle a las personas la posibilidad de desarrollar las habilidades para tener su propio negocio y no brindar caridad que es lo que habitualmente sucede: “el mundo no ayudó a África porque las políticas de asistencialismo lo único que generaron fueron más pobreza. Cuando llegamos a una comunidad nueva, lo mejor que nos puede pasar es que no haya venido otra ONG antes que nosotros porque hicieron más daño que beneficio. Nosotros les proponemos no darle nada, sino ganárselo y cuando nosotros nos vayamos, ellos van a tener herramientas para ser dignos. El tipo de cooperación actual es más esperanzador para cambiar esta realidad porque sino el problema de fondo no se soluciona”.
En la mayoría de los casos, la participación de especialistas argentinos termina marcando notablemente la diferencia, lo que indica que hay material para desarrollar cosas muy interesantes: “cuando salís de Argentina te das cuenta la capacidad que tenemos en el país. Hemos discutido con mi socio porque la empresa tiene gente de todo el mundo literalmente, pero hemos llevado desde contratistas hasta profesionales de Argentina que son los que hacen la diferencia. Nos adaptamos al desafío, tenemos las capacidades y no sólo profesionales y la posibilidad de enseñarles a ellos”.
López Menéndez, desde su experiencia destacó que ha sido un intercambio lo que vivieron porque no sólo les dejaron enseñanzas importantes para aumentar sus rindes, sino que además, se han llevado una mirada cercana de lo que sucede con la vida de los africanos: “hay que sacarse todos los prejuicios sobre el pueblo africano. Yo me los tuve que sacar porque siempre pensé que era una raza violenta y después de 10 años allí no vi una pelea, son hiper pacíficos y alegres. Aprendés mucho de ellos también”.