El periodista habló en la 99.9 sobre el régimen soviético y sus consecuencias marcando además las diferencias en el abordaje de lo que fueron régimenes similares: “no es lo mismo hablar de los crímenes nazis que de los crímines stalinistas”.
Pocas veces se expresa con claridad lo que el régimen socialista significó en el contexto de lo que América también vivió con epicentro en Cuba de ese sistema que generaría una mejor sociedad y lo único que hizo fue empeorarla.
El periodista Jorge Sigal abordó el tema a través de la 99.9 relacionandolo con lo que pasó en Argentina durante la década del 70 a través del terrorismo que ejercían distintas agrupaciones y que en la actualidad están tratando de hacer ver como verdaderos “héroes” en una tergiversación absoluta de los hechos. “Hubo un fracaso de la vía revolucionaria y fue Cuba quien nos hace abrir los ojos sobre los problemas del sistema socialista real que no resolvió la inequidad, quitó libertades y tuvo una vida de 70 años que no generó una sociedad mejor, sino todo lo contrario”.
Respecto de lo sucedido en el país, se dedicó a analizar un tema ejemplificador que fue el libro que escribió Julio Ferrer sobre la vida de Gregorio Selser y que fue denunciado por sus hijas ya que lo que habían hecho fue falsear su pensamiento político y brindar datos inexactos que luego se negó a corregir: “esto generó heridas profundisimas en nuestras sociedades y nos dejaron en peores condiciones. Por suerte hemos consolidado en Argentina el sistema democrático y otras carencias fundamentales de los 70. Acá el problema más grande es cuando se trata de cerrar la discusión, prepotear la discusión y decir que todo lo que se hizo en los 70 estuvo bárbaro. Parece que lo único que vale es el “heroismo” de los que decidieron violar la convivencia y el diálogo, es un mensaje peligroso”.
Sigal conoce y muy bien porque lo ha investigado, el funcionamiento en aquellos años de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y su manera de proponer a distintos personajes como vías de propagación de su idea, pero que poco tenían que ver con los ámbitos políticos: “la ex Unión Soviética instaló, de forma muy inteligente, un aparato de propaganda que tenía su base en la influencia sobre los intelectuales, los artistas, lo que llamaban la sensibilidad intelectual. Era un órgano de la inteligencia que derivó luego en la KGB. No les pedían a los artistas que defiendan a los acusados en los juicios de Moscú, sino las cosas que los enaltecen como la lucha por la paz. Se estableció la idea de lo políticamente correcto, ser de izquierda es no tener que dar explicaciones por ciertas cosas. Soy Picasso y lo que dijera tenía un peso que no lo tenía si lo dijera un ministro ruso, se extendía universalmente”. Algo similar de lo que incluso se ha visto en Argentina pocos años atrás con un grupo de “intelectuales” queriendo repetir verdades políticas.
Para Sigal no hay un reconocimiento certero de lo cruel y devastador que fue el socialismo durante mucho tiempo en la Unión Soviética y se elige medir casos similares con distintas varas: “Stalin fue uno de los asesinos más grandes de la historia universal y no es lo mismo hablar Hitler que de Stalin, no es lo mismo hablar de los crímenes nazis que de los crímines stalinistas. Es algo interesante para estudiar”, finalizó.