Jorgelina: “En el HIGA la salud de un ser humano no vale nada”

Así lo indicó una vecina de la ciudad que tiene a su marido internado hace 12 días, sin que prácticamente le dieran respuestas en todo este tiempo: “estuvo 3 o 4 días tirado como un perro cuando entró con un infarto”.

El estado del Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) es cada vez más desastroso. Los marplatenses concurren y no encuentran respuesta alguna incluso cuando se trata de problemas graves que pueden derivar en la muerte.

Jorgelina es una vecina de la ciudad que tiene a su marido internado allí luego de padecer un infarto y nadie le da respuestas. Dio su testimonio a través de la 99.9: “hace 12 días que está internado mi marido, estuvo 8 días en la guardia porque no había camas en Unidad Coronaria porque él entró con un infarto. Hay lugar ahí para 10 pacientes y en total hay 20 y 3 en guardia. Estamos a la espera de un cateterismo, pero recién el sábado me dieron un parte médico como la gente por una enfermera amiga que trabaja ahí, sino no me entero”.

Los estudios y tratamientos de diferentes cuadros no se pueden hacer porque las máquinas no funcionan: “el problema es que no andan los aparatos. Estoy yendo a Dirección todos los días, pregunto y hay gente que te atiende muy mal. En la Dirección es un desastre porque va mucha gente a reclamar. El tomógrafo no anda, las máquinas de diálisis tampoco, es una vergüenza. La salud de un ser humano no vale nada en el Interzonal. Les pasan la pelota a los doctores y enfermeros, es un milagro salir vivo del Hospital”.

Ante las urgencias de las afecciones cardíacas, la gente hace lo que puede para tener algún tipo de tratamiento: “hay un paciente al lado de mi marido que está internado desde el 7 de diciembre, está esperando un Cardio Desfribrilador Implantable. La otra vez fue un chico con un dolor en el pecho y le dijeron que ya se le iba a pasar, terminó pagando particular y tenía peritonitis. A mí me recomendaron pagar particular, el cardiólogo me dijo que esto venía para largo porque estaba roto el aparato de cateterismo y me recomendó que lo haga particular”.

El problema es que podría necesitar muchísimo dinero si la afección de su marido necesita algún tipo de cirugía más específica: “me dijeron que no saben si hay que ponerle un stent, dos o tres con la operación. Uno sólo sale 400 mil pesos, ¿de donde saco esa plata si hay que ponerle dos o tres?”, se preguntó Jorgelina.

La desesperación se apodera de todos los familiares que están allí esperando una respuesta para los pacientes porque en algunos momentos están apilados en la guardia sin destino cierto: “mi marido en los días anteriores adelgazó como 8 kilos, ahora está bien atendido en piso y esperando, lo alimentan mejor. La salud de un ser humano no vale nada, estuvo 3 o 4 días tirado como un perro. Ni siquiera a un perro se lo trata así. Tengo un nene de 11 años y le tengo que decir la verdad, que hay que esperar”.