El Presidente del Consejo Consultivo de la Societat Civil Catalana habló en la 99.9 acerca del proceso separatista que vivieron allí y la presunta participación rusa desde las sombras. Además, indicó que hay similitudes con los casos de Crimea en 2014 y del Brexit en Reino Unido.
El separatismo catalán tuvo un proceso que hoy, a la distancia se puede comparar con lo que ha sucedido en otros lugares del mundo. Detrás aparece un factor común, la influencia rusa en estos actos para desestabilizar gobiernos a lo largo y ancho de Europa.
Así lo indica el Presidente del Consejo Consultivo de Societat Civil Catalana José Rosiñol en diálogo con la 99.9 aportando datos concretos a esa idea: “con los sucesos acaecidos en Cataluña hay un proceso judicial abierto en nuestro país donde se interceptaron comunicaciones de representantes de Puigdemont donde hablaba con presuntos espías del GRU ruso. En esas conversaciones interceptadas por la policía se ofrecían 10 mil soldados rusos para ingresar en Cataluña en caso de independencia. Es el parámetro que se aplicó en el Donbass en el 2014 y es una forma de operar en otros países. Usan los eslabones débiles de las democracias para desestabilizar y desinformar con objetivos geopolíticos”.
En su caso, eligieron poner en alerta a la sociedad sobre lo que estaba pasando porque se apuesta a la desinformación como herramienta para generar confusión: “los procesos de desinformación, son de manipulación política, buscan la manipulación social y la polarización para desestabilizar. Con lo que llamamos populismos, de cualquier corte, lo único que consiguen son sus objetivos políticos, por encima del marco de derecho. La gran suerte que tuvimos en España es que pertenecemos a la Unión Europea y hay un marco regulatorio que nos protegió”.
A pesar de que Rosiñol considera que por muy poco se salvaron de una situación muy grave, comparó lo que vivieron en Cataluña con lo sucedido en el Reino Unido: “el brexit y su estructura narrativa se parecía a lo que pasaba en Cataluña. Si acá se decía que todo el problema venía desde Madrid, en Londres se decía que todos los problemas venían desde Bruselas y ambas eran mentiras. Las estructuras narrativas con similares, pero se adaptan a cada circunstancia local. Es como una infección, una especie de virus que se expande en nuestra contemporaneidad”.
De todas maneras, advirtió que desde el discurso es fácil hacer ingresar a las personas en una confusión, pero después hay un problema mayor que es ejecutar aquello que se indica: “después de la retórica viene la pragmática y la realidad es muy dura. Cuando la niebla de guerra se despeja se ve el enorme error que se ha cometido. Los demócratas tenemos un problema y es que no sabemos defender los valores de la democracia. Somos demasiado ingenuos, uno no puede sentarse a ver que pasa, sino que tenemos que ser proactivos”.
Eso es lo que están haciendo desde la Societat Civil Catalana porque pretenden “despertar” a los ciudadanos, pero también a los gobernantes: “cuando entramos en procesos de desinformación, zona gris, ganan los populistas y entramos en escenarios de autoritarismo. La única manera de frenarlo es desde la sociedad civil, si no se activan esos movimientos, los políticos tienen el interés cortoplacista de las próximas elecciones”.