Juan Pablo Busalmen integra el Laboratorio de Bioelectroquímica, División Ingeniería de Interfases y Bioprocesos de la Universidad Nacional de Mar del Plata y contó en la 99.9 el trabajo que están realizando para reciclar el agua cloacal en potable: “sería un paso muy importante”, agregó.
Uno de los grandes desafíos a nivel mundial pasa por hacer que el agua sea un recurso controlado y que se puedan encontrar formas de aprovechar mejor la disponibilidad. En Mar del Plata, el Laboratorio de Bioelectroquímica, División Ingeniería de Interfases y Bioprocesos de la Universidad Nacional está trabajando en un proyecto internacional.
Uno de sus integrantes en Juan Pablo Busalmen que explicó en la 99.9 como están desarrollando su tarea: “participamos de un proyecto financiado por la Unión Europea y convoca 11 instituciones donde hay grupos de investigación científico en Universidades y empresas de distintos tamaños. Tenemos como función probar una tecnología que han creado colegas españoles, adecuando una tecnología clásica como la de humedales con conceptos nuevos”.
También indicó que la tarea que decidieron emprender tiene que ver con un uso social de este sistema para que en los barrios más carenciados, se pueda aplicar con facilidad. “Algo tendriamos que hacer con los millones de litros de agua servida que se vierte al mar. Si pudiéramos recuperar y retornar al acuífero una parte, sería muy bueno. La tecnología que trabajamos apunta a sectores de bajos recursos que no puedan tener acceso a cloacas y acceso a agua potable sea limitada, ahí habría una segunda vía de trabajo para que puedan recuperar el agua. Buscamos una tecnología de bajo costo que se pueda instalar en las casas”, dijo.
Si bien el diseño y la aplicación de esta tecnología será muy favorable por si mismo, Busalmen agregó que también sería importante incorporar cierto hábitos socialmente: “es un sistema que buscará estar autocontenido, cambiando un poco el paradigma. En la ciudad hacemos instalaciones de cloacas costosas, que llevan mantenimiento y que lleva litros de agua residual a un sólo lugar generando otro problema porque hay mucha agua por tratar y la terminamos tirando al mar. No tiene demasiado sentido si la podemos recuperar”, aclaró.
No es el único trabajo que está desarrollando este grupo internacional, sino que apuntan a otros campos, pero con costos muy distintos al sistema en el cuál trabajan actualmente. “Hay proyectos de desalinización similares utilizando esta misma tecnología. Eso es algo mucho más costoso que requiere una inversión grande y requiere mantenimiento. Sería más viable mejorar nuestros hábitos de consumo para solucionar los futuros problemas de falta de agua”, finalizó