El presidente de la Fundación “No Me Olvides” habló en la 99.9 al regresar de Malvinas y destacó que “lo que sucedió el lunes fue un verdadero milagro”. Además, señaló que “el premio más lindo que tenemos es el reconocimiento de la gente, cuando las mamás, los papás y los hermanos nos abrazan y nos felicitan”.
Después de una semana muy movilizadora visitando el Cementerio de Darwin en Islas Malvinas donde se identificaron las tumbas de los caídos argentinos, Julio Aro titular de la Fundación “No Me Olvides” habló en la 99.9: “en esta lucha tuvimos 10 años sin descanso, fue tremendo lo que pateamos y corrimos pero lo volveríamos a hacer para ver esas caras que vimos el lunes”.
En ese sentido, destacó la predisposición de Eduardo Eurnekian que fue fundamental en la tarea de trasladar a los familiares: “fue quien puso todo a disposición de la Comisión de Familiares de Caídos, los dos aviones y toda la logística que trabajaron con Cancillería y Derechos Humanos. Había que trasportar 240 personas y estuvieron hasta el último detalle”.
La Universidad Nacional de Mar del Plata ha propuesto que tanto Aro como Geoffrey Cardozo sean nominados para el Premio Nobel de la Paz y les ha resultado una verdadera sorpresa: “cuando apareció la noticia no lo podíamos creer. El premio más lindo que tenemos es el reconocimiento de la gente, cuando las mamás, los papás y los hermanos nos abrazan y nos felicitan. Nos sorprendimos porque no alcanzamos a comprender la magnitud de lo que hicimos”.
Desde el gobierno nacional hubo también planteos respecto de lo que se hizo en la década anterior para reconocer a los caídos en Malvinas, pero Aro eligió no polemizar al respecto porque considera que todos hicieron su parte: “todos los gobiernos hicieron su parte como correspondía, pero hubo un cambio en la cuestión diplomática respecto del último gobierno, era el último detalle. El estado debía hacerse cargo y por suerte se logró”, dijo.
El trabajo que comenzaron hace 10 años está lejos de terminarse porque todavía quedan soldados que perdieron la vida en Malvinas que no fueron identificados. Todo lo que se ha generado en torneo al trabajo que realizaron con Cardozo, llevó a que las familias que no estaban de acuerdo con el procedimiento, empezaran a repensar su postura: “las familias que no habían aceptado hacer los análisis de ADN cambiaron su postura. Nos queda trabajar sobre un padrón de 40 personas, la señora que se opuso desde un primer momento, fue la primera en anotarse. Desde el miércoles comenzaremos a armar la segunda etapa que tendrá menos protocolo que la anterior. Lo que faltará y que el estado debe ponerse los pantalones largos es en encontrar direcciones de familias que no sabemos donde están. Son 7 u 8 familias de las cuáles aún no sabemos nada”, remarcó Julio.
Desde lo emotivo, todo lo que ha vivido en las últimas horas fue muy movilizante y quedará grabado en su memoria: “lo del lunes ha sido un verdadero milagro. Había algunas madres que se arrastraban con sus trípodes, personas de más de 80 años que hacían un esfuerzo enorme para poder abrazar esa cruz. No les importó el frío, ni nada, querían estar ahí con sus hijos y fue conmovedor”.
Por último, tuvo un párrafo aparte para la tarea que realizó Geoffrey Cardozo en la limpieza y conservación de los cuerpos que ha encontrado en los campos de batalla: “el trabajo fue impresionante, lo pude comprobar todo y es increíble. Gracias a ese esfuerzo, pudieron ser identificados porque en esa época no había ADN”, finalizó.