En un momento en el que las noticias sobre el calentamiento global y sus consecuencias son cada vez más frecuentes y alarmantes, resulta chocante mencionar la posibilidad de que nuestro planeta estaría a punto de entrar en una Edad de Hielo.
Sin embargo, una nueva investigación indica que la actividad humana esta alterando el clima hasta tal punto que va a aplazar este fenómeno.
Según un estudio publicado en la revista Nature, el impacto humano en la Tierra ha retrasado la próxima glaciación al menos 50.000 años. Y la probabilidad de que comience una era glacial en los próximos 100.000 años es reducida. Por lo tanto, nuestro planeta vive un periodo cálido prolongado. Como afirma Andrey Ganopolski, uno de los autores del estudio, a la BBC, “lo destacable es que esto es un ejemplo de que ahora tenemos poder geológico. Podemos cambiar la secuencia natural de los acontecimientos por miles de años”.
Hay dos parámetros fundamentales para determinar qué hace que la Tierra entre en un periodo glacial. El primero es la naturaleza cambiante de su órbita alrededor del Sol. Estos movimientos alteran la cantidad de radiación solar que llega a la superficie de la Tierra, y si se alcanza un umbral crítico en latitudes medias en el hemisferio norte, puede comenzar una Edad de Hielo.
El hielo se empieza a formar cuando la radiación en el hemisferio norte durante el solsticio de verano cae por debajo de un determinado valor que depende de la concentración de CO2 en la atmósfera. Y este es el segundo factor, en el que los humanos podemos influir y hemos modificado durante los últimos siglos.
Si la concentración de CO2 en la atmósfera se hubiera mantenido en 240 partes por millón hace 200 años, ahora estaríamos entrando en una era glacial. Sin embargo, justo antes de la Revolución Industrial esta concentración ya era de 280 ppm debido a la tala de bosques para la agricultura y la quema de combustibles fósiles. Si este nivel se hubiera conservado durante este tiempo, la época interglacial se podría haber prolongado al menos 20.000 años, y probablemente 50.000. Hoy en día, la sociedad industrial ha elevado los niveles de concentración de CO2 a 400ppm.
“Bajo condiciones normales, la época interglacial habría terminado y ahora comenzaría una Edad de Hielo. Así que, en principio, estamos en condiciones perfectas desde un punto de vista astronómico para que suceda”, afirma Ganopolski. Sin embargo, la radiación del verano está cerca de su mínimo hoy en día, y no hay señales de una nueva Edad de Hielo.
Las casi 500 gigatoneladas de carbono que se han emitido desde la Revolución Industrial indican que probablemente nos perdamos la próxima glaciación, y con otras 500 gigatoneladas de emisiones “la probabilidad de un comienzo glacial durante los próximos 100.000 años especialmente baja”. Y si a eso se le suman otras 500 gigatoneladas, prácticamente está garantizado que se retrasará más de esos 100.000 años.
La Tierra ha estado en un ciclo de edades de hielo y períodos cálidos durante los últimos 2,5 millones de años, lo que se conoce como el período Cuaternario. Esta etapa se ha divido en dos tiempos: el Pleistoceno, que comenzó hace unos 2,59 millones de años y terminó hace unos 12.000, y fue un período en el que se intercalaron varias glaciaciones; y el Holoceno, que le siguió y dura hasta la actualidad, una época interglacial más estable.
El profesor de Ciencias Climáticas de la University College London, Chris Rapley, indica que esto es un resultado interesante que “proporciona más pruebas de que hemos entrado en una nueva era geológica, el Antropoceno, en el que las actividades de los seres humanos afectan al metabolismo de la Tierra”.