El animal se escapó de un hotel de mascotas por miedo a los petardos del Año Nuevo Chino, un coche lo atropelló y unos obreros que se lo encontraron lo cocinaron para dárselo de comer en estofado a sus compañeros.
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Eran las vacaciones del Año Nuevo chino. En Shenzhen, una mega urbe moderna al sur de China, no cesaba el estruendo de los petardos y fuegos artificiales a pesar de la prohibición de todo juguete pirotécnico como medida contra la contaminación. Muy a menudo, las tradiciones chinas más arraigadas que abrazan la cultura supersticiosa, como la de tirar petardos para ahuyentar a los espíritus malvados, pasan por encima de cualquier restricción oficial.
Uno de los negocios en auge en China durante estas fiestas, además de la venta de pirotecnia, son los hoteles para mascotas. Muchas personas que viajan al extranjero, o que vuelven a sus ciudades de origen durante las vacaciones, dejan a sus gatos y perros en estos centros. Los cuidadores de los animales, algunas veces, han hecho campaña en redes sociales contra los petardos de Año Nuevo porque dicen que alteran mucho a las mascotas.
El pasado 29 de enero, asustado por los artificiales, un perro se escapó de uno de estos hoteles para mascotas que hay en Shenzhen. Fue su dueña, Li, que se encontraba de vacaciones en Maldivas, quien colgó la noticia en su cuenta de Xiaohongshu, una popular red social china. Yi Yi, de cuatro años, había desaparecido. El can, exaltado por el ruido, salió corriendo en un momento en el que los cuidadores le habían dejado libre en una zona que en teoría estaba vallada.
Li, en su publicación en Xiaohongshu, ofrecía una generosa recompensa de 50.000 yuanes, que al cambio son alrededor de 6.500 euros, para quien encontrara a su perro. «Yi Yi es el miembro más importante de mi familia», escribió la dueña. Unos días más tarde, Li contó que su perro había estado vagando por una autopista y que había sido atropellado por un automóvil y abandonado en el arcén de la carretera. «Yi Yi fue atropellado por un coche mientras corría hacia su casa. Lamento no haber podido protegerte. Siempre te recordaré», sentenció.
Pero la historia no terminó con el mortal atropello de Yi Yi. Esta semana, el periódico chino The Paper accedió a las imágenes captadas por las cámaras de la carretera y pudo comprobar cómo, tras el atropello, dos empleados de una empresa dedicada al mantenimiento y vigilancia de las autopistas recogieron al perro y lo llevaron hasta sus oficinas. Allí, cocinaron al animal, preparando una especie de estofado de carne de perro, y lo repartieron entre otros ocho compañeros de trabajo.
Según ha informado The Paper, tanto la empresa de carreteras como la policía confirmaron que los trabajadores llevaron al perro que yacía en el arcén y luego se lo comieron. El cocinero de la empresa admitió que ayudó a preparar la comida. La noticia rápido fue compartida por otros muchos diarios chinos y se viralizó en las redes sociales.
«Los dos trabajadores siguieron las normas tomando fotografías en el lugar y subiéndolas al sistema de la empresa. Supusieron que se trataba de un perro callejero y, como ya estaba muerto, decidieron ocuparse de él de forma privada», reza un comunicado difundido por la empresa, Guangzhou-Shenzhen-Zhuhai Expressway. «Lamentamos profundamente este incidente. La empresa tomará medidas serias contra el comportamiento inapropiado del personal involucrado», añadieron desde la compañía en otra noticia del periódico local Jimu News.
La dueña del animal ha emprendido acciones legales contra esta compañía y contra el hotel de mascotas de Shenzhen, una de las primeras ciudades en China que prohibió el consumo de carne de perro. Esto ocurrió en 2020, poco antes de que el Ministerio de Agricultura sacara una lista con las 33 especies que podían ser criadas en el país para su consumo, y en ella por primera vez no aparecía el perro.
Es decir, que los canes dejaban de ser un plato de comida para convertirse, con todas las de la ley, únicamente en mascotas. La nota ministerial apuntaba a que este animal ya no se consideraba ganado y que se prohibía su cría en las granjas para el consumo humano. Aunque el consumo, como tal, aún no está explícitamente prohibido en la mayoría de ciudades del país.
Los colectivos animalistas aplaudieron una regulación que llevaban años reclamándola. Muchas organizaciones creían que esta medida al fin sacaría la carne de perro del menú. Es cierto que, sobre todo en las ciudades, es difícil encontrar restaurantes que sirvan carne de perro. Pero también lo es que se ha seguido celebrando todos los años un polémico festival de comida en Yulin, al sur de China, donde el plato principal es la carne de perro.
Desde 2009, en Yulin aparecen cientos de puestos callejeros con perros afeitados y colgados en ganchos. Las animalistas dicen que, en los mejores tiempos del festival, cuando no había tanta presión por parte de los activistas, se sacrificaban anualmente entre 10.000 y 15.000 perros.